«Truman», la crónica urbana de la amistad y la enfermedad firmada por Cesc Gay, se alzó anoche como la triunfadora de la XXI edición de los Premios Forqué, al llevarse el premio a la mejor película y al mejor actor para uno de sus protagonistas, Ricardo Darín.

La cinta, la favorita de la prensa acreditada en el pasado Festival de San Sebastián, donde se llevó el Feroz Zinemaldia, se impuso también en estos premios que conceden los productores agrupados en EGEDA, y que se entregaron en una gala en el Palacio Municipal de Congresos de Madrid.

Las otras cuatro finalistas en la categoría principal eran «A cambio de nada», la ópera prima de Daniel Guzmán, «Nadie quiere la noche», de Isabel Coixet, la hispanoargentina «El clan» y «Techo y comida», un drama sobre la crisis y los desahucios protagonizado por Natalia de Molina, que fue premiada como mejor actriz.

Si en San Sebastián Darín y Javier Cámara compartieron la Concha de Plata por su celebrada interpretación, en los Forqué sólo el argentino se llevó los laureles de mejor actor, por su papel de enfermo terminal empeñado en lograr que alguien adopte a su perro, aunque no asistió para recogerlo. En su lugar estuvo Cesc Gay, que subió por partida doble y agradeció el trabajo a todo el equipo.

Natalia de Molina, en racha desde que se llevó el Goya a mejor actriz revelación en 2014, ha vuelto a convencer al poner rostro a los más desfavorecidos en «Techo y comida», el primer trabajo de Juan Miguel del Castillo. Se impuso nada menos que a Penélope Cruz, Nora Navas y Juliette Binoche.