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Acampada nocturna en el museo

El IVAM cuestiona sus propios límites con una actividad en la que invita a cincuenta personas a pasar la noche en el «hall» del edificio

Noche en el museo es una película de aventuras de Hollywood ambientada en el Museo de Historia Natural de Nueva York. El IVAM propone ahora la misma experiencia, pero desde una perspectiva seria y artística. Nada de comedias de Hollywood. Las risas no están prohibidas, pero el fin de la iniciativa del museo valenciano es reflexionar sobre sus propios límites (los impuestos por el horario, en este caso) y sobre la inactividad (mejor dicho, sobre todo lo que pasa cuando no hacemos nada, aparentemente).

Será la noche del viernes al sábado de la próxima semana, de ocho de la tarde a diez de la mañana del día siguiente (el horario de cierre habitual). El IVAM convoca a cincuenta personas a dormir en el hall del edificio. Es gratis, pero hay que incribirse previamente en el mostrador de recepción.

Que nadie piense que podrá pasearse alegremente por las salas de exposición, porque estarán cerradas. Solo el vestíbulo de acceso y los aseos de la planta baja estarán abiertos. La seguridad será reforzada además, para evitar cualquier incidencia.

Los participantes podrán cenar, dormir y desayunar en el museo, siempre que se lleven de casa las viandas necesarias para la experiencia.

El IVAM sugiere a quienes acudan que vayan también con esterilla, manta, saco de dormir y demás provisiones que consideren para pernoctar.

La parte artística la pondrán Vicente Arlandis y Sandra Gómez, reunidos en esta ocasión bajo el epígrafe de La Sauna International. Los miembros de la compañía de danza y performance propondrán una reflexión sobre ¿Qué pasa cuando no pasa nada?

En ese tiempo muerto del museo, en el que no hay actividad, los creadores invitan a una reflexión interior. Curativa, dicen en el texto de presentación del proyecto.

Su objetivo es provocar después de cenar una situación que lleve a los participantes a viajar a su interior. Todo pasará, anuncian, por «una toma de consciencia del cuerpo y de la respiración», de la percepción del espacio propio y de los otros.

Pasar la noche en un museo no es una actividad innovadora cuando se trata de niños. Diferentes instituciones culturales tienen actividades de este tipo. Más extraño es que se convoque a adultos a pernoctar. El Museo de Historia Natural de Nueva York, el de la película, tiene un programa en esta línea, nacido a raíz del éxito del filme. Se paga además.

El planteamiento del IVAM tiene un componente teórico de base: repensar y cuestionar los límites de las instituciones artísticas.

Además, potenciar las actividades paralelas era uno de los ejes del proyecto por el que José Miguel G. Cortés logró la dirección del museo en septiembre de 2014.

Esta voluntad entronca con la filosofía de abrir el museo a la ciudad y limpiar su imagen después de las polémicas del final de la etapa de Consuelo Ciscar por los sobrecostes o la compra de obras de arte a un empresario chino acusado de encabezar una red de blanqueo de capitales.

Álvaro de los Ángeles es oficialmente desde hace pocos meses el subdirector del IVAM encargado del programa de actividades. Él es el responsable de este ciclo, titulado El museo: modos de uso, que evoca la novela de Perec y que comenzará con la toma nocturna del hall. A ver si no es un sueño y no acaba en pesadilla.

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