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El Mubag trae los bocetos de los frescos de La Rábida

El Museo Bellas Artes Gravina inaugura el día 28 una exposición que incluye los dibujos preparatorios de la obra realizada por Vázquez Díaz en el monasterio de Santa María para rememorar la conquista de América

El Mubag trae los bocetos de los frescos de La Rábida

El 12 de octubre de 1928 comenzó a trabajar sobre las paredes de las salas de uno de los patios del Monasterio de Santa María de la Rábida en Huelva. Con esta obra, integrada en cinco paneles en diferentes estancias, quería reflejar el descubrimiento de América desde el lugar de donde partió la expedición. Todo gracias a la financiación de Alfonso XIII, convertido en máximo valedor del proyecto titulado Poema del Descubrimiento, con una inversión de 60.000 pesetas. El resultado se pudo ver el 3 de agosto 1930, día en el que el artista plasmó su firma en los frescos y vieron la luz tal como hoy se conocen.

El autor fue Daniel Vázquez Díaz (Nerva, Huelva, 1882-Madrid, 1969), considerado el pintor de la modernidad y uno de los grandes maestros del siglo XX. Algo que se podrá comprobar a partir del próximo día 28, fecha en la que el Mubag inaugura la exposición Daniel Vázquez Díaz en la Colección Rafael Botí, organizada por el Consorcio de Museos, que se podrá ver hasta el mes de enero.

Esta exposición, comisariada por Carlos García Osuna, llevará al Museo de Bellas Artes Gravina un total de once de los bocetos y estarcidos preparatorios de los frescos que rememoran la llegada de Colón a La Rábida, su expedición descubridora, la partida del puerto de Palos o las tres carabelas, además de representar de una manera muy personal a figuras como Cristóbal Colón o Martín Alonso Pinzón.

Al margen de estos trabajos, que representan la obra más conocida del artista , se mostrarán sesenta óleos de diferentes épocas y doce acuarelas, además del busto de piedra de Vázquez Díaz que realizó el escultor Pérez Mateo.

Y es que este artista, del que el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía posee una colección de 80 obras, destaca por su trayectoria creativa pero también por su labor de formación en su taller madrileño y en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, donde ganó la cátedra de Pintura Mural en 1932. A Madrid se desplazó en 1903 para copiar a los grandes maestros del Museo del Prado. Tres años después viajó a París, tras conocer a artistas como Juan Gris, Solana y Darío de Regoyos, y en la capital del Sena entró en contacto con las vanguardias a través de su relación con figuras como Picasso, Braque, Max Jacob o Modigliani.

En 1918 regresó a Madrid ya como pintor consagrado, que destacaba por sus retratos, paisajes y escenas costumbristas. Y empezó a dar clases, primero en su taller y luego en Bellas Artes. Su fama fue creciendo hasta el punto de convertirse en maestro de grandes pintores como Rafael Canogar, Díaz-Caneja, José Caballero, Cristino de Vera o Rafael Botí, padre de Rafael Botí Torres, artífice de la colección que ha dado lugar a esta exposición.

Como retratista alcanzó gran fama, convertido en el pintor que mejor reflejaba los rostros y caracteres de poetas, escritores, artistas, actrices y toreros de las primeras décadas del siglo XX. Así, retrató a Miguel de Unamuno, Ramón Menéndez Pidal, María Guerrero, Ramiro de Maeztu, Benito Pérez Galdós, Anatole France, Henri Barusse y los toreros Frascuelo y Lagartijo, entre otros muchos. En cuanto al paisaje, incorporó el cubismo a su trayectoria, algo que le convirtió en uno de los principales renovadores de la pintura de paisaje en España.

Esta es la última exposición del Consorcio de Museos comprometida con el Mubag de momento. Será en la próxima reunión de esta entidad cuando el Mubag, dependiente de la Diputación, sabrá en qué condiciones sigue este organismo y verá cuáles son las muestras que se podrán traer a este centro en la próxima temporada.

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