¿Le gustaría morir sobre las tablas, como Moliere?

No, no me gustaría morir de ninguna manera. Los guapos deberíamos quedar aquí. Tampoco me agradan los cementerios, ¿qué hago yo en un cementerio?

¿El del padre José Mª en la obra Enfrentados diría que es su mejor papel?

No, todos han sido buenos. En general estoy satisfecho de mi trayectoria profesional, he hecho personajes muy divertidos y también muy profundos, lo que ocurre es que mi modo de interpretar los aligera.

¿La mujer de su vida se llama Carmen?

Siento por todas las mujeres una enorme admiración. Gracias a una estoy en el mundo; los hombres me importan un carajo. Yo siempre estoy enamorado, incluso de mi profesión; es mi gran amante.

En escena ha sido usted arquitecto, director de orquesta, sacerdote, golfo, ¿cuál de estos papeles se asignaría en la vida?

El de multimillonario, es precioso serlo durante dos horas.

¿Y qué autor quisiera ser? Aunque hace años que me lo ha dicho...

¿Sí? ¿Cuál?

Arthur Miller... Para dormir abrazado a Marilyn Monroe.

Cierto, cierto... ¡Oh, qué mujer!

¿Tiene un secreto para su eterna juventud?¿Entrenador personal?

Nunca he pisado un gimnasio, ni tampoco he bebido agua. Me gusta el vino, el whisky, fumar un buen puro...

¿Y en la cara no ha hecho arreglitos?

No, si los hubiera hecho me mandan otra vez a la mili. Me cuido, el escenario no te permite estar mal, precisa cierto glamour.

¿Qué dice de usted su mayordomo?

Nada, está en su papel de discreción. Yo tenía un loro, Lucas, que cuando entraba en el salón me decía, ¡Arturo, guapo!

¿Qué hace cuando no trabaja?

Aburrirme sin remedio.

¿Hablamos de política?

Sí. Yo voto al PP y no conozco a nadie en el partido, pero me da confianza. España ha retrocedido, hay más gente ignorante que nunca, y la televisión es la responsable. Votan aquello que les ha metido la televisión, como auténticos analfabetos. Los medios de comunicación son nefastos. Me pregunto, ¿alguien con sentido común puede votar a Podemos?

¿Es usted rico?

Sí, no sé qué hacer con el dinero. El otro día lo tiré por el balcón, vino una ráfaga de aire y me lo devolvió. No sé qué hacer...