«Nada justifica que esta película no se estrene en La Habana, porque los cubanos la necesitan», dijo ayer Yordanka Ariosa, protagonista del último trabajo de Agustí Villaronga, El rey de La Habana, que lleva al cine una de las más brutales novelas de Pedro Juan Gutiérrez de igual título.

Ariosa, una actriz de carácter que se deja la piel (literal) en el rodaje si Villaronga se lo pide, es Magda, uno de los pocos papeles femeninos capaces de enmudecer al Festival de Cine de San Sebastián, que ayer estrenó con esta visión sórdida y oculta de la Cuba del Período Especial, «cuando vivir era solo sobrevivir», apuntó el director mallorquín.

«No se sí ganar un premio en San Sebastián serviría de algo, desde luego -indicó Ariosa- me haría muchísima ilusión y más que eso respaldara un estreno allá, pero lo que está claro es que no hay justificación para no ponerla en La Habana».

Villaronga precisó que «jamás» hubiera hecho esta película sin ir «de la mano» del escritor, al que conoció a raíz del proyecto. «Leí la novela por Luisa (Matienza) y me gustó muchísimo, sabía que muchos la intentaron hacer antes», incluso, contó, llegaron a comprar los derechos Antonio Banderas y Melanie Griffith, «pero no salió».

«Como historia de amor, es muy extraña -opinó el director de Pa negre-, es más bien un fresco sobre una Cuba en la que se vive para sobrevivir; (...) no es la sociedad cubana que se ve normalmente, pero no es inventada en absoluto», advierte: «Hay amor, y sexo también hay, pero no podía ser el sexo de 50 sombras de Grey», aclaró para explicar el impacto que causan algunas escenas.

Villaronga ya había pasado por Cuba alguna vez, pero le pareció «un país dificilísimo» y se dijo que no volvería.