Trabajaron a dúo, a cuatro manos, como una máquina perfecta, como un engranaje que funcionaba con exactitud. Por eso, dentro del Año Sempere, el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante ha querido reunir en una exposición las diez carpetas de grabados más importantes realizadas por el artista de Onil y Abel Martín, como una forma de «hacer justicia» con su compañero.
Eusebio Sempere/Abel Martín. La música de los números que no existen es el sugerente título de esta muestra que se abrirá al público la próxima semana y se podrá visitar hasta el 10 de enero, con la obra gráfica de los fondos municipales, una de la Colección de Arte Siglo XX y el resto, las carpetas adquiridas por el Ayuntamiento de Alicante a Florencio Martín, hermano de Abel. «La importancia de estas carpetas de grabados es que son las que Sempere y Abel se guardaron, con anotaciones, pruebas de artista y cambios de color», asegura Rosa Castells, conservadora del MACA.
Por eso, se trata de una exposición artística, pero también literaria. «Vamos a poner también los textos que acompañan a las obras». Y es que, afirma Castells, las anotaciones son muy importantes «porque dejan ver el trabajo tan importante que hay detrás de la estampación serigráfica. Sempere trabajaba sin bocetos previos, se enfrentaba directamente a la obra y la iba construyendo. Y lo hace junto a Abel, a través de la superposición de tramas y pantallas: una pantalla por cada uno de los colores, de manera que a veces trabajaban con 40 pantallas, 40 colores... es un trabajo tan impresionante que no te lo puedes creer y eso lo hacía magistralmente Abel, que era el que se encargaba de la estampación».
Por eso, estas obras son el resultado de un trabajo «a dúo», en el que «no puede verse una cosa sin la otra». Ambos aprendieron a hacer serigrafías en París y al volver introdujeron la técnica en España. «Sempere se fue dedicando más a la pintura y Martín se especializó en la estampación».
La exposición empieza con «Las cuatro estaciones», carpeta realizada por Sempere en 1965, de la que se cumplen 50 años, y acaba también con «Las cuatro estaciones», ya de 1988, que empezó el artista de Onil y terminó Abel Martín tras su muerte.
Esta muestra forma parte de la programación del Año Sempere, que se cerrará además con otras actividades relacionadas con el artista alicantino. Una de ellas, una exposición de la artista María Aranguren que ha preparado un proyecto en el que trabaja sobre las geometrías de Sempere. «Es una especie de Vía Crucis que consta de 14 piezas y que empezará en la plaza de la Santísima Faz y acabará en el MACA». Las obras están realizadas en pintura sobre policarbonato que se colocarán en el exterior, «marcando una especie de camino hacia el museo donde estará la otra exposición».
Esta será, además, la primera vez que el MACA haga una actuación en el exterior.
