Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El puzle del pintor José Aparicio

La investigadora Pilar Tébar identifica una veintena de trozos de lienzo custodiados en Madrid

El puzle del pintor José Aparicio

Como pintor de cámara, primero de Carlos IV y luego de Fernando VII, José Aparicio Inglada (1770-1838) se forjó una gran reputación en la Corte. Uno de sus cuadros, El desembarco de Fernando VII en el Puerto de Santa María, símbolo de la vuelta de la monarquía absoluta en 1823, fue muy apreciado, de manera que cuando el pintor alicantino lo finalizó en 1827 se presentó en sociedad en la Academia de San Fernando.

El lienzo, con un tamaño de 7,30 por 4,62 metros, fue el centro de una exposición con mucho boato, a la que acompañó un libro de dieciséis páginas en las que Aparicio narraba el contenido del cuadro y en el que incluía un bosquejo con el nombre de todos los retratados, que suman más de 54. La obra se valoró entonces en 180.000 reales, cifra muy elevada si se compara con los 80.000 reales atribuidos a la obra de Goya «La familia de Carlos IV».

Después pasó a formar parte de las colecciones reales y se ubicó en el Museo del Prado, que lo depositó en el Palacio de Justicia de Madrid en 1883. Un incendio en 1915 destrozó esta sede y a partir de ahí el cuadro se dio por desaparecido. Hasta ahora. Y es que la historiadora del Arte alicantina Pilar Tébar, licenciada en la Universidad Autónoma de Madrid, ha conseguido identificar una veintena de pedazos de lienzo ubicados en el Museo Cerralbo de esa ciudad como partes de aquella obra que se pensó había sido devastada por las llamas hace un siglo.

Hace año y medio, a raíz de un artículo que preparaba para publicar en la revista Canelobre, esta experta en José Aparicio, sobre el que está realizando su tesis, encontró imágenes en la Fototeca Nacional de unas obras del Museo Cerralbo y pensó que podían ser parte del cuadro del desembarco. «Me puse en contacto con el centro y me dijeron que tenían 21 fragmentos en los almacenes, unos enmarcados y otros enrollados y envueltos», asegura Tébar.

Ese fue el principio de la madeja. La directora del museo, Lourdes Vaquero, y la conservadora, Cristina Giménez, se entusiasmaron con el hallazgo y facilitaron toda la información a la investigadora. Como base para demostrar su teoría, utilizó el boceto del cuadro, de un tamaño inferior, que se encuentra en el Museo Romántico de Madrid.

Esta obra, junto a las fichas realizadas de los fragmentos, la documentación que aportó Tébar sobre el incendio de 1915 y el libro que Aparicio hizo para la presentación del cuadro, sirvieron como pruebas definitivas para certificar que la obra se había troceado y, presumiblemente, se había vendido como retratos individuales, una veintena de los cuales llegaron a manos del marqués de Cerralbo que los incorporó a su colección artística.

«El marqués debió adquirirlos, dicen que en el Rastro, pero no se sabe muy bien. Mi hipótesis es que se quemó parte del cuadro, porque lo que se tiene localizado es la zona central y la de la derecha, lo de la izquierda pienso que lo desharían las llamas y se tiró. También puede ser que el cuadro se quedara en el almacén y acabara siendo troceado por alguien que lo fue vendiendo».

Este hallazgo despertó el interés del Museo del Prado, propietario originario del lienzo, que ha recopilado todos los fragmentos y ahora va a mostrar una parte, con motivo de una exposición que prepara el Tribunal Supremo para conmemorar el centenario del voraz incendio ocurrido en 1915. Así, se podrá ver el retrato de Fernando VII y el de la reina María Josefa Amalia, además de fotografías y documentación sobre ese suceso.

Pilar Tébar sabe que es difícil pero espera que al hilo de este descubrimiento puedan salir más fragmentos, «que puede que estén en otras colecciones particulares». De momento, identificar esas 21 piezas de este puzle ha supuesto «una gran satisfacción» para la investigadora alicantina. «Cuando inicié la catalogación de los dibujos del Instituto Jorge Juan apareció un dibujo de Aparicio de un angelito con una cruz Aparicio y ahora esto... espero que sirva para que su figura vuelva a valorarse». Aunque le queda algo por hacer. «Mi deuda pendiente con Aparicio la estoy saldando... así me perdona que no he acabado aún la tesis».

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats