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Juan José Ortega Román

"Tradujimos el nuevo Millennium en un portátil sin Internet para evitar el pirateo"

«Para las consultas teníamos otro ordenador en casa donde hacíamos las búsquedas», revela

"Tradujimos el nuevo Millennium en un portátil sin Internet para evitar el pirateo"

A Juan José Ortega Román le apasionaban los idiomas y la literatura desde muy niño, así que decidió dejar su Eivissa natal e irse a Madrid a estudiar Filología en cuanto terminó sus estudios en el Instituto sa Blanca Dona. Siguió su vocación y desde hace años es profesor de Lengua y Literatura en la Universidad Complutense de Madrid. Habla sueco, inglés, francés, italiano, portugués, rumano, bastante alemán y hasta un poco de turco. Fue precisamente estudiando sueco cuando conoció al profesor Martin Lexell, que le ofreció traducir a cuatro manos «una trilogía de un autor sueco desconocido que había fallecido». No tenían ni idea de lo que se les venía encima.

¿Cómo conoció a Martin Lexell?

Era mi profesor de sueco y nos hicimos amigos como colegas y profesores... Un día me dijo que le había llegado un encargo de una trilogía «de un señor que ha muerto», «que nadie sabía quién era», para proponerme traducirla con él. Me parecía interesante. Yo no había hecho traducción profesional, comercial. Solo de material para mi tesis...

¡Y era la trilogía Millennium!

Así es, nos encargaron los tres libros para traducir en tres años. Pensamos que era factible, que a libro por año lo podíamos hacer porque él tiene sus clases y yo tengo las mías... La primera la hicimos en ocho o nueve meses. Salió en julio de 2008. A raíz del éxito, un mes después, en julio, nos llama la editorial y nos dice que quiere sacar el siguiente en Navidades y que quiere el texto traducido para octubre.

¡Qué agobio!

[Ríe] No sabes cómo fue eso. Nos llegamos a plantear si queríamos meternos en esa locura.

Y además son libros de muchas páginas. Unos tochos.

Con el agravante de que el segundo y el tercero son todavía más largos que el primero. Fue in crescendo.

Creo que esta vez, para Lo que no te mata te hace más fuerte, no han podido trabajar con ordenadores conectados a Internet para evitar robos y piratería online.

Había mucha preocupación para evitar que alguien piratease el texto o se metiese en los ordenadores de Destino o de Planeta. Nos llegó el manuscrito en papel y la entrega fue de novela de espías: «ya tenemos el paquete», «cuándo podéis pasar a buscarlo'»... Nadie usaba la palabra «libro». Se lo enviaron a Martin. El me llamó y me dijo «ya lo tengo, te espero tal día a tal hora».

Pero un traductor utiliza el ordenador constantemente para consultar diccionarios online, expresiones...

Sí, para cualquier consulta, incluso de ámbito jurídico o económico que aparecía en los textos... Pero para eso teníamos otro ordenador en casa donde hacíamos las búsquedas. El texto estaba en nuestro portátil sin conexión a Internet. Y lo íbamos mandando en archivos encriptados con otro nombre... [Ríe] Que se llamaba «La gorda»

¿«La gorda»?

Sí, fue una ocurrencia mía. Como el título es Lo que no te mata te hace más fuerte yo pensé en Lo que no mata, engorda y de ahí lo de «La gorda». Bajo el título de «La gorda» nos enviábamos archivos encriptados. El archivo final lo mandamos a la editorial a través de un enlace de descarga encriptado con una clave, fue muy emocionante. Y las conversaciones por teléfono que teníamos Martin y yo eran también un poco en clave. A toro pasado piensa «bah, quién va a preocuparse de qué tengo yo en casa». Pero los primeros días fueron de psicosis. Hasta escondía el ordenador. Nunca se sabe. Te lo pueden robar simplemente porque entren en tu casa sin saber qué hay dentro y, además, justo en esta novela hay un robo de un ordenador. ¡Como nos pase esto! Bromeábamos al respecto. Pero ha sido muy divertido y emocionante.

Tradujeron tres libros de un escritor muerto y ahora es otro escritor el que sigue la saga, algo que ya ha recibido críticas porque parece tratar de explotar la gallina de los huevos de oro. ¿Es el lector el que finalmente va a decidir qué le parece todo esto?

Exacto. Creo que el lector va a decidir si le interesa o no. Si se queda con el universo Larsson o si pesa más el interés del lector por un personaje, en este caso Lisbeth Salander, que ha sido un bombazo en la literatura de los últimos años. Yo pienso que lo importante es que sea de calidad. Vender por vender o escribir por escribir, hacer una cuarta parte por hacerla y que salga un churro, no. Pero si tiene calidad, como yo creo que es el caso, sí.

¿Qué opina del trabajo David Lagercrantz? ¿Tiene estilo propio o imita a Stieg Larsson?

Tiene un estilo propio muy peculiar y eso fue un caballo de batalla al principio porque usa muchísimo la conjunción «y», polisíndeton, en términos técnicos. Al principio pensamos que nos iban a matar desde la editorial... Es una manera propia de narrar y lo interesante es que va tejiendo espacios y tiempos, vuelve en el tiempo atrás, va adelante, cruza los argumentos y va explicando la historia desde diferentes puntos de vista: de un personaje, de otro, de un policía, de la protagonista. El lector entra en el juego, que es como un juego de espejos. Es una novela un poco cubista. Le da un estilo particular y ágil, dinámico, muy acertado.

¿A usted le gusta?

Sí, me ha gustado. Tiene calidad y tiene un peso literario. La estructura del libro es similar a los anteriores, pero luego su pluma y su estilo es peculiar.

¿Va a continuar?

Sinceramente, no nos han dicho nada. No es que no te pueda contestar. Imagino que dependerá de los resultados, de la aceptación del público.

¿Con qué tirada sale en España?

Creo que con unos 250.000 ejemplares. En total son unos 2,5 millones. De la tercera parte de Millennium sacaron 500.000.

El título esta vez es largo pero no tan enrevesado como los anteriores ¿hay algún motivo?

El título original en sueco es Lo que no nos mata y supongo que por cuestiones de marketing lo han puesto como Lo que no te mata te hace más fuerte. Es realmente la clave de la historia. Digamos que todo confluye en este título.

¿Lisbeth Salander «sobrevive» en manos de Lagercrantz?

Mi visión personal es que el personaje es más maduro... También es lógico, ha pasado diez años. Lisbeth Salander tenía 25 cuando empezó y ahora tiene 35. Más o menos. Nació en el 79. La veo más asentada... Pero mantiene su perfil asocial, antipática con quien tiene que serlo, estricta con quien se lo merece y, sobre todo, lo que va a descubrir el lector es que tiene unos deseos enormes de ayudar.

¿De ayudar en general?

En general y en particular a una persona. Hay una Lisbeth muy altruista en este libro.

¿Qué tiene este personaje para haber causado tanto impacto?

Es un cúmulo de muchas cosas. La novela negra nos tiene acostumbrados a personajes, normalmente un hombre y una mujer, y la mujer es la secundaria... Pero en este caso es la mujer la que toma el protagonismo porque la gente, cuando habla de Millennium habla de Lisbeth no de Mikael [Blomkvist]. La hace peculiar su personalidad asocial con problemas psicológicos en su infancia, su condición de lesbiana o al menos bisexual, que no es algo normal en una entrega de series policíacas, y fascina a jóvenes y mayores. Creo que Lisbeth genera una gran identificación porque quien más y quien menos ha pasado por injusticias en su vida. Tal vez no tan graves como las que le pasan a Lisbeth y tal vez no con un pasado tan atroz como el que sufre Lisbeth. Ella viene de una familia desestructurada, su madre ha sufrido malos tratos por parte de su padre... eso hace que ella se revuelva y sienta la necesidad de vengarse de todo el mal que hay a su alrededor. Ella no es la detective que ayuda a Mikael sino que paralelamente tiene una historia importante que contar y que sobresale más allá de la trama del libro.

¿En este cuarto también?

De hecho, en este cuarto la trama tiene mucho que ver con su vida personal. Está muy conectada. Ya no es «voy a meterme a investigar esto porque quiero saber la verdad». No. Ahora le afecta mucho como persona y tiene mucho que ver con su vida.

El oficio de traductor ¿está bien pagado para el esfuerzo que supone?

A nosotros nos han pagado bien y la gran suerte es que tenemos derechos de autor por la traducción. Es un porcentaje minúsculo, un 0,5 por ciento, pero al venderse tantos millones...

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