¿Renacer es más difícil que nacer?

Renacer tiene dos connotaciones: una musical, después de cinco años sin disco, y otra vital. Después de tantas vicisitudes físicas me siento reconfortado, renacido. Una tercera sería utilizar música renacentista y barroca, que son dos de los orígenes de mis influencias.

Después de todo lo vivido y sufrido, canta, igual que hace 50 años. ¿Por qué?

No sé. Es un problema natural, físico [ríe] Hay que conservar esta virtud, cuidarla, mantenerla y hacer cosas que no perjudiquen las cuerdas vocales.

¿Está muy lejos el Pablo Milanés de Mis 22 años?

Hice esa canción en 1965, mucho antes de que se oficializara el movimiento de la Nueva Trova, porque ya existía antes una nueva música. Hice aquella canción que los musicólogos han considerado importante y ahora se cumplen 50 años y lo vamos a celebrar, sobre todo en Cuba.

«La Habana está mustia y marchita», canta en este disco.

Es hermosa, pero está en ruinas. Y aún así sigue siendo hermosa y bella. La canción alberga un sentimiento de tristeza y amargura por ver cómo se deshace esta ciudad.

¿Cómo se imagina Cuba en 20 años?

Yo tengo 72, así que no creo que esté vivo entonces, pero creo que va a cambiar. La veo con optimismo. Toda Cuba va a cambiar para bien. Lleva 57 años de sacrificio y agonía. Ahora estamos en un callejón sin salida y se nota en la población, pero creo que el futuro será luminoso porque hay talento y estudios, posibilidades de que el cubano sea un hombre de vanguardia, como siempre lo fue.

¿En qué estado está su relación con Cuba?

Estoy bien, soy respetado, la quiero mucho y no me iré. Ahí moriré, siendo crítico o no, pero es un pueblo que adoro.

Reivindica la revolución. ¿No está desgastado el concepto?

Los revolucionarios siempre pensamos que es posible hacerla, siempre que no claudiquemos y no haya traidores que nos vendan.

Se declara defraudado con los dirigentes cubanos de los últimos 50 años. ¿Quedará algún recuerdo bueno del castrismo?

Depende. Hay cosas buenas para recordar y también muy tristes. Espero que la Historia sepa recoger las dos partes y no se quede con solo una.

En España se interpreta la crítica al castrismo como ser de derechas. ¿Se puede ser de izquierdas y criticar la revolución cubana?

Naturalmente. Es mi caso. Soy de izquierdas y critico lo que ha hecho la dirigencia de la revolución cubana en los últimos años. Después de la caída de la URSS y el bloque socialista, pensé que íbamos a tomar otro camino del llamado socialismo real, pero no fue así. El socialismo todavía no ha encontrado su verdadero destino.

Los jóvenes cubanos van mayoritariamente hoy por caminos musicales distintos a la trova, más cercanos al hip-hop. ¿Los entiende?

Claro. Cada época marca una historia. En la música hay ahora una decadencia que no hubo en otras épocas. Se debe al comercialismo de las empresas y las emisoras, al mundo de la promoción y lo superficial, que se está imponiendo.