Un encuentro fortuito de alguien consciente de la importancia que podían tener estos restos, informó al Museo Arqueológico de Alicante de que había quedado al descubierto parte de una construcción que asomaba en el Barranc del Juncaret. Los técnicos del MARQ se pusieron manos a la obra y se desplazaron hasta la zona con el objetivo de verificar si realmente esos restos correspondían a un materia histórico. Y así fue.
Los arqueólogos coincidieron en señalar que se trataba de una balsa de época romana, por las características de su estructura y el material de construcción, que mide 16,5 metros por 5,82. Aunque el estado en que se encuentra no es muy óptimo, sobre todo debido a la erosión al encontrarse en un curso que recoge el agua de lluvia, la información que puede aportar sobre el entorno puede resultar muy relevante.
Y es que su existencia implicaría la posibilidad de que formara parte de una villa y además esa zona poblacional estaría en el entorno de Lucentum, la antigua ciudad de Alicante y uno de los yacimientos más destacados de la Comunidad Valenciana.
Para estudiar, despejar el entorno, documentar y valorar este hallazgo, la arqueóloga Anna García Barrachina, del gabinete de Colecciones e Investigadores, se desplazará al lugar donde se encuentra la balsa para iniciar el próximo lunes los trabajos necesarios para registrar esta construcción, que se prolongarán a lo largo de dos semanas.
El director técnico del MARQ, Manuel Olcina, asegura que no se tenía constancia de la existencia de restos de ese tipo por la zona, pero destaca que su aparición muestra «que ya existía almacenamiento de agua entonces». Según las primeras estimaciones, se trataría de una cisterna que serviría para el riego, como las balsas actuales, o para el procesado de esparto, apunta el arqueólogo. «Habrá que estudiarlo y ver cuál era su uso».
Para Olcina, la importancia de este hallazgo estriba en que «esta construcción dependería de una villa que además estaría en el territorio de Lucentum y eso abre la posibilidad de que en el futuro podamos encontrar algunas casas romanas alrededor de la balsa».
En este sentido, afirmó que se han ido encontrando construcciones de este tipo por el territorio alicantino, «que nos dan cuenta de cómo se realizaba el aprovechamiento del agua y hay que investigar su utilidad».
En este primera fase, los trabajos que se van a realizar servirán para documentar los restos «y ver si el año que viene se puede excavar más en sucesivas campañas para investigar en el territorio». También, se van a limpiar los alrededores, se va a fotografiar, a dibujar, y, lo que es muy importante, «a aplicar alguna medida de protección para su conservación y posible estudio futuro».
De hecho, se parte de una construcción muy destruía, ya que, tal como destaca Manuel Olcina, está en una zona que sufre mucha erosión «porque está en el cauce del barranco, que desemboca en la Albufereta, y con la lluvia ha habido mucho arrastre que se ha ido comiendo la construcción».
