No se trataba de realizar una maqueta, de proyectar una idea, de ser exacto en las escalas. Había que enfrentarse a la vida real, a su ejecución. Y con esa premisa trabajaron durante este curso catorce alumnos de quinto de Arquitectura. El objetivo: analizar la obra de la artista Iluminada García y, a partir de ahí, convertir el patio de su casa taller en una sala de exposiciones al aire libre.

Cada uno realizó un proyecto individual y entre todos eligieron el que se iba a hacer realidad. Y ayer vio la luz la propuesta seleccionada, una intervención que se ejcutó bajo la supervisión del profesor Antonio Maciá. «La implicación ha sido magnífica y el resultado es muy bueno, con un coste de obra de 250 euros». De esta manera, «no era solo hacer el proyecto sino ejecutarlo para que pudieran ver el proceso entero».

La actuación ha sido en tres nivles: el pavimento, en el que se han recreado las geometrías de la obra de la artista; el nivel vertical, para el que se han construido una estructuras curvadas, y el mobiliario, unas mesas realizadas con botellsa de agua, cubiertas con el pigmento que utiliza Iluminada García en parte de sus cuadros.