El azar (o la mala fe de algún poderoso) no ha tenido piedad con la familia Blasco-Ciscar. Un día después de que él, Rafael, exconseller, fuera condenado a seis años y medio de cárcel por el caso Cooperación, ella, Consuelo, exdirectora del IVAM, veía cómo su gestión quedaba por los suelos. Un informe de la Intervención de la Generalitat, difundido ayer, señala decenas de «irregularidades», «incidencias» y «debilidades» en el periodo analizado, el lustro de 2009 a 2013, el año anterior a la salida de Consuelo Ciscar del museo (abril de 2014) después de diez años al frente del mismo.

Esculturas pagadas y no recibidas; comisarios de exposiciones designados «discrecionalmente» por la directora/gerente, al igual que sus emolumentos; obras compradas por un precio hasta quince veces superior a su valor de mercado; gastos de viajes al extranjero realizados sin la preceptiva autorización de Presidencia e incluyendo a personal no adscrito al IVAM; contratos ejecutados sin licitación; cómputo de visitas según la cifra que daba verbalmente Ciscar, sin ningún informe como sustento? En resumen, como afirma la nueva dirección del museo en su escrito de alegaciones a la Intervención, «numerosas actuaciones irregulares que suponen un grave quebranto para el erario público».

Los orígenes de lo conocido ayer están en el 9 de mayo de 2014, cuando la consellera de Educación y Cultura, María José Català, solicitó al titular de Hacienda, Juan Carlos Moragues, que Intervención auditara la gestión de Ciscar en el IVAM. El informe provisional fue emitido el 21 de mayo último y entró en el museo el pasado día 4, poco después de las elecciones autonómicas.

El IVAM adquirió 124 obras entre 2009 y 2013 por un precio de 1.992.877 euros. Los interventores analizan la compra de cinco piezas y, según el estudio del profesor madrileño Jaime Brihuega, en todos los casos se pagó por encima del valor del mercado. Hasta 15 veces en el caso de la pintura Della Bestia Triunphante, de Julio Quaresma, valorada en 2.000 euros y por la que el museo pagó 32.400. El portugués ha sido uno de los creadores más mimados durante la etapa Ciscar. También lo ha sido Natividad Navalón. Su instalación Tiempo de arroz y sal costó 128.400 euros y Brihuega la valora en 75.000 en función de la información aportada por el galerista de la artista.

El devenir de la donación en 2006 de Gerardo Rueda es un caso que deambula por la prensa desde hace años. Intervención da carácter oficial ahora a la «incidencia». De las 77 piezas recibidas gratis a cambio de la compra de siete, 32 no han sido recibidas en el centro de artes -están al parecer en depósito en la entidad que fundió los originales- y una, fundida, por la que se pagaron 10.586 euros a esta empresa, tampoco ha sido entregada.

Los gastos de viajes son otro de los focos de la auditoría. Sumaron un millón de euros en cinco años. De ellos, 137.717 corresponden a desplazamientos y alojamientos de Consuelo Ciscar. Las facturas incluyen las de una persona ajena a la plantilla del museo, Pilar Mundina, adscrita al IVAJ y que ejercía de ayudante de la directora. Sus gastos suman casi 38.000 euros. En todos los viajes internacionales, dice el informe, el IVAM no pedía la autorización de Presidencia de la Generalitat, como era obligado desde 2009. La nueva dirección alega, al respecto, que en sus archivos no consta comunicación de esas órdenes.

El museo pagó 802.942 euros a comisarios en los cinco años analizados. La Intervención concluye que la directora decidía «discrecionalmente« los expertos elegidos y sus honorarios, que podían ir de 3.000 a 75.000 euros.

Ciscar abonó asimismo casi 3,4 millones a «profesionales independientes». Entre ellos, la auditoría destaca que durante casi 4 años pagó 2.823 euros mensuales a Norberto Martínez Ibáñez como «colaboración literaria: revisión de textos» para el IVAM y su revista. Martínez, que luego pasó a ser subdirector de Publicaciones, dirigía una revista en cuyo consejo editor estaba Blasco y en el asesor, Ciscar.

Otro de los nombres recogidos en el documento de Intervención es el músico y actual miembro del Consell Valencià de Cultura (CVC), como la exdirectora, Ximo Tebar. La firma a la que representaba, Omix Records, facturó casi 650.000 euros al museo en cinco años por el IVAM Jazz Ensemble. Todo ello, sin seguir los trámites previstos en la ley de Contratos, dice.

Lo pagado asimismo por Cuadernos del IVAM, la revista del museo, asciende a 2,3 millones desde 2004. Unidad Editorial (El Mundo) ha sido la beneficiaria, ya que se distribuía con su publicación Descubrir el Arte. Su crítico de arte Rafael Sierra -habitual comisario de muestras del museo- era el director.

El catálogo razonado de Julio González ha supuesto asimismo un coste de 769.000 euros.

La Intervención cuestiona, por otra parte, que 211 obras del museo estén cedidas a otras entidades públicas y privadas (desde las Corts y consellerias al Puerto o el Colegio de Abogados), alejadas de la visión del público.