Llevan años haciendo reír a los lectores a través de sus viñetas en prensa y sensibilizando sobre las injusticias que se cometen desde el poder. Esta trayectoria les ha valido a Jaume Capdevila (KAP) y Antonio Ortiz (Ortifus) para ser galardonados con el Premio Notario del Humor que ayer les entregó la UA en el marco de la XV Edición de la Jornada del Humor Social, que en esta ocasión pone el foco en el cargado año electoral que está viviendo España.

Las elecciones sirven como punto de partida para dialogar con los dos humoristas, que quieren poner en valor el papel de las viñetas ante el baile en las urnas. «Los partidos políticos siempre están pendientes de lo que hacemos los dibujantes, quieren que les mostremos nuestras simpatías. Nosotros ya estamos clasificados ideológicamente porque hay más injusticias sociales que defender desde la izquierda que desde la derecha. No me decanto por ninguna formación política porque soy un demócrata convencido», comienza diciendo Ortifus en la apertura de la conversación.

KAP secunda sus ideas y añade que las elecciones no suponen un incremento en la creatividad de los dibujantes porque «el mundo está tan fatal que siempre hay cosas que decir». «El humor se encarga de desvelar las pequeñas mentiras, los giros de la realidad. Los años electorales son fiestas de la democracia pero también de la hipocresía. Todo el mundo sabe que lo que se promete luego no se cumple», apostilla en clara alusión al eslogan de la Jornada del Humor Social de la UA: Prometer hasta meter, año electoral.

Como valenciano que es, Ortifus ha tenido una mina para dar rienda suelta a su ingenio con todos los escándalos que han sacudido la vida política de la Comunidad durante los últimos años. «A veces me arrepiento de querer que cambien nuestro Gobierno con las facilidades que nos dan a los humoristas», bromea. «Preferiría quedarme con menos trabajo y que nuestro entorno fuera más justo», añade a continuación en un tono más serio.

En un giro del diálogo, y dejando la política al margen, KAP introduce otro tema que le preocupa, el futuro de las viñetas en unos medios que parecen virar de lo físico a lo digital. «Encontraremos muchas salidas en el mundo multipantalla al que nos dirigimos. Twitter es un lugar perfecto para nosotros, al igual que los memes de Internet. Lo bueno es no perder la conciencia y la ética», concluye.