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Vida, cárcel y muerte de un poeta

El Archivo Histórico Provincial de Alicante, junto a la Fundación Cultural Miguel Hernández, inaugura mañana una exposición con numerosos documentos personales del autor de Vientos del pueblo,

Tras ser retenido unos meses en el seminario de Orihuela, Miguel Hernández fue desplazado a Madrid, orden judicial mediante, para ser preso y juzgado. En la imagen, archivo de la Dirección General de Prisiones. información

En el laberinto judicial que sufre a finales de 1939, Miguel Hernández fue encarcelado en el seminario de Orihuela para, poco después, ser trasladado a la cárcel de Madrid. El proceso de orden y captura se firmó el 14 de octubre de 1939, por el juez Martínez Gargallo, y tras la reclusión forzosa de unos meses en su pueblo natal fue a parar, orden judicial por medio, a la prisión madrileña de Conde de Toreno. Allí se reencontró con su amigo Antonio Buero Vallejo, con quien compartió confidencias, antes de su condena a muerte en enero de 1940 por adhesión a la rebelión militar.

El expediente penitenciario de Miguel Hernández en esta etapa decisiva de su vida, cuando fue desplazado de su Orihuela natal a la capital como preso, en noviembre y diciembre de 1939, es uno de los atractivos documentos que integran «Un poeta necesario: Exposición bibliográfica sobre Miguel Hernández», organizada por el Archivo Histórico Provincial de Alicante junto a la Fundación Cultural Miguel Hernández.

Una muestra que se adentra además en aspectos biográficos como su boda con Josefina Manresa, su legado literario y los homenajes que se suceden año tras año, siendo un recorrido especialmente sugestivo para el lector, aficionado o interesado en la vida, cárcel y muerte de un poeta universal.

«Se ha hecho también un esfuerzo para aportar fondos bibliográficos muy valiosos, originales y de diverso material documental escasamente difundido, que normalmente caen solo en manos de investigadores, así como de homenajes al poeta», señala la directora general de Cultura de la Generalitat, Marta Alonso Rodríguez, quien asistirá mañana a la inauguración de la exposición que acoge el Archivo Histórico Provincial de Alicante (calle Guillén de Castro, número 3).

De hecho, como señala Rodríguez, también estará disponible al público los archivos del «Homenaje de los pueblos de España a Miguel Hernández», efectuado en 1976 en todo el país, y que fue donado a la institución alicantina por el Club de Amigos de la Unesco. Unos fondos que despiertan vivo interés ya que hacen alusión a diversos actos culturales sobre el poeta como los recitales del grupo Jarcha o Pi de la Serra; intervenciones poéticas de Félix Grande o la poeta alicantina y Premio Nacional de Poesía, Francisca Aguirre; el montaje escénico de la Peña Cultural Barcelonesa, Me llamo Barro; el recital de canciones del grupo La Bullonera en Orihuela, o la compañía de ballet Az de la Complutense de Madrid; y, sobre todo, figuran entre estos apuntes las personalidades que se comprometieron a colaborar en el homenaje como Gabriel Celaya, Francisco Umbral, Vicent Andrés Estellés, Manuel Vázquez Montalbán, Aurora de Albornoz, Josep María Castellet, Pere Quart y los poetas vivos de la Generación del 27.

En este sentido, también se recogen en estas notas las adhesiones de instituciones al homenaje, así como la cesión de locales que diversos organismos, salas de exposiciones y librerías particulares se sumaron a aquel acontecimiento histórico y cultural de 1976.

«El compromiso, voluntad, respeto y ganas por recordar a Miguel Hernández lo seguimos teniendo, con esta exposición o la convocatoria de premios literarios, que seguiremos apoyando para trabajar en su difusión», apuntó Marta Alonso Rodríguez, directora general de Cultura de la Generalitat, quien destacó el objetivo informativo y educacional de la muestra.

«Un poeta necesario: Exposición bibliográfica sobre Miguel Hernández» incorpora el acta de matrimonio del poeta con Josefina Manresa, cedida para la ocasión por el ministerio del Interior, y el expediente procesal de finales de 1939 de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, debido a que los archivos históricos provinciales custodian por ley la documentación de la Administración Periférica del Estado.

Respecto al fondo bibliográfico, se exhiben las primeras colaboraciones del poeta en revistas oriolanas, así como su participación en actos culturales (homenajes al alicantino Gabriel Miró en 1932, y a Ramón Sijé en 1936), así como algunas de sus obras iniciales (Perito en lunas).

La exposición, a través del fondo documental, también se hace eco de cómo, tras la Guerra Civil, van apareciendo los primeros poemas de Miguel Hernández (sin carga política, claro está) en revistas minoritarias de Alicante, Orihuela, Elche, Valladolid, Melilla, Madrid... dirigidas por amigos y admiradores que comunican las noticias (con el alicantino Vicente Ramos, Manuel Molina, Jacinto López o Miguel Fernández, entre otros...).

En 1952, Arturo del Hoyo se atreve con un primer intento de obra recogida del poeta de Orihuela que arrastró una fuerte polémica por los escritores más cercanos a la dictadura franquista.

En 1960, la editorial Losada, de Buenos Aires, lanza al mercado editorial las obras completas de Miguel Hernández, al cuidado del paraguayo Elvio Romero, que se expandieron notablemente en países como Argentina, México y Cuba, donde estaban instalados un gran número de exiliados republicanos.

Con los años 70 del pasado siglo, la presencia de Miguel Hernández se multiplica en España, entre libros y el calor cultural de las universidades, cantautores y una sociedad que reclamaba libertad con sus versos.

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