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Daniel García Andújar conquista el Reina Sofía

El artista alicantino inaugura el martes en el museo nacional de arte contemporáneo Sistema operativo, una exposición con cincuenta proyectos que recorren su obra en los últimos veinte años

Daniel García Andújar conquista el Reina Sofía daniel garcía andújar

Daniel García Andújar lleva dos semanas en el Reina Sofía organizando el montaje de su primera exposición individual, la primera dedicada a un artista alicantino en este museo nacional de arte del siglo XX y contemporáneo. El centro ha ofrecido una sala de más de mil metros cuadrados para que el artista de Almoradí de 48 años muestre al público un recorrido por su obra de los últimos veinte años bajo el título de Sistema operativo. La exposición se inaugura el próximo martes, 20 de enero, y permanecerá hasta el 4 de mayo. Él considera «un lujo» mostrar su trabajo, siempre dedicado a reflexionar sobre lo que hay detrás de una imagen, lo que esconde el sistema político o las dificultades del acceso a la información o a la cultura, en una producción que bascula entre el territorio de lo real -la ciudad, el espacio público- y lo virtual, la red.

Aunque es considerado un referente del net-art (arte en la red), García Andújar prefiere definirse como un «artista visual» preocupado por la sociedad actual, involucrado en las nuevas tecnologías y crítico con las desigualdades que provoca la supuesta democracia de Internet.

Que nadie espere ver una oda a la tecnología en esta muestra -«a lo mejor hay gente que espera ver muchas máquinas por eso de que algunos me llaman el artista de Internet; que las hay, pero muy ocultas», aclara- porque los lenguajes con los que trabaja este creador son «muy accesibles: hay mucho grafiti, fotografía, dibujos, obras en 3D o de animación por ordenador, videojuegos o piezas a las que se accede por el móvil».

De hecho, Andújar se sirve del lenguaje visual como una herramienta de la práctica artística, asociada al ámbito digital contemporáneo. Y lleva décadas usando imágenes y archivos en intervenciones donde muestra su crítica a fenómenos como la corrupción política relacionada con el lenguaje inmobiliario (Objeto de deseo, 2010, o La cultura del ladrillo, 2004), la falta de transparencia en la información (Transcripciones desclasificadas de Bengasi, 2014) o la facilidad para comprar armas en Internet (Armed Citizen, 1998-2006).

Tras casi dos años preparando esta exposición, en la que mostrará cincuenta de sus proyectos, su propósito es que el espacio siga un hilo conductor con «las inquietudes que se mantienen en mi obra a lo largo de estos años: el contexto social, el acceso a la cultura, el derecho a la tecnología, la pedagogía, el arte como un proceso cultural. En todos mis proyectos se alude al sistema político, a lo que hay detrás del lenguaje, a lo que nos cuentan, cómo nos llegan los mensajes y cómo entendemos las cosas».

En la producción que mostrará en el Reina Sofía, la mitad de los trabajos son anteriores y algunos de ellos han sido expuestos en Berlín, Seúl o Nueva York aunque sean poco conocidos en España. Uno de los primeros es Estamos vigilando (1994), una intervención colectiva en la playa de San Sebastián con eslóganes en la arena en los que participaba el público, «que ves que sigue vigente después de veinte años, que volvemos a lo mismo, sobre todo después de los atentados de París, a políticos que proponen sistemas de control en el espacio público», explica el artista.

La otra mitad es de nueva creación, realizada ex profeso para Sistema operativo, que se muestra por primera vez. Entre ellos, Dirigentes (2014), una serie de fotografías alteradas de líderes políticos, «una sala muy impactante, cubierta con 300 pósteres en las que se trata con ironía y crítica las campañas políticas» o Not Found (2014), un conjunto de mil fotografías en las que se refleja el intencionado vaciado de contenido de zonas reservadas a la publicidad mediante ese mensaje habitual en Internet.

«Hay quien dice que con este proyecto me adelanto al futuro cuando las pantallas de publicidad sean de plasma y por un error del sistema no haya publicidad, ni noticias ni acceso a la información. Todo sistema puede tener errores y si hay un fallo, ¿qué haremos?», reflexiona García Andújar, en cuya obra hay un poso de crítica a las nuevas tecnologías de la información. «No creo que nos vayan a liberar las nuevas tecnologías y han establecido una nueva jerarquía social entre quienes tienen acceso y la educación adecuada para utilizarlas y quienes no. Ese agujero negro que se crea a veces, la brecha digital, está muy presente y no tiene que ver con la edad o la riqueza y ahí reside la capacidad crítica para entender lo que pasa».

El artista, afincado hace años en Barcelona, reitera que exponer en el Reina Sofía «es un lujo y un privilegio, el equipo es excelente y no podía pedir más. Tengo la suerte de poder compartirlo con la gente», y cree que la muestra -para la que ya hay visitas escolares programadas- «será muy amena para el público, le va a gustar. El lenguaje es muy cercano y accesible».

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