1. Hospital
Domingo, 23/11/2014. Libro: Ragtime. Autor: E.L. Doctorow. Editorial: Miscelánea. Precio: 18 euros.
Había que vernos esta mañana. Parecíamos un casting para un almibarado y demagógico anuncio de lotería de Navidad. Todos ya caracterizados de casa a ver si, por aquello de ahorrar costes de producción, nos cogían. Hablo de la sala de urgencias del Hospital General de Elche. Me he presentado allí esta mañana, como un conejo de Indias, a que la ciencia hiciese de mí y de mi cuerpo lo que le diese la gana. Alguna vez lo he hablo con F., mi psicoanalista: a partir de una cierta edad, la única forma de volver a la infancia es ingresarte. En un hospital, en un psiquiátrico o en hotel de seis estrellas. Y que sean otros los que cuiden de ti. El resultado ha sido esperanzador: a pesar de los síntomas, no estoy gravemente enfermo. Todo lo que me ocurre y que se manifiesta como si de una neumonía se tratase, son tan sólo gérmenes. Una reacción alérgica. Mientras, entre prueba y prueba, iba terminando este libro. Si me ponían los cables para el electro, levantaba los brazos para seguir leyendo; si me tumbaban para ponerme la vía, lo sujetaba con el otro brazo. Fuese cual fuese el resultado del viaje, yo iba a seguir leyendo. Ya en casa, he terminado las últimas 20 páginas de la mejor novela que he leído en mucho tiempo.
2. Bailando
Lunes,24/11/2014.Documental. Título: Five Days to Dance. Directores: Rafael Molés, Pepe Andreu. VOSE. Alquiler: 2,95 euros.
Lo llaman cultura cuando se llama industria; lo llaman cultura cuando se llama producto; lo llaman cultura cuando se llama consumo. Lo llaman cultura cuando se llama arte, música o literatura. Lo llaman y lo llaman y lo llaman, pero no viene. Nunca termina de llegar. Y en parte es consecuencia de una confusión que se produce al introducir en el vaso de una batidora eléctrica el vestido, la comida, los usos, las ideas, las costumbres y la ciencia junto a un sinfín de manifestaciones artísticas -del pasado y del presente- y apretar el botón y que aquello empiece a girar. El resultado es un batido grumoso de indescifrable sabor. Porque aunque la escultura, la danza o la poesía formen parte de la cultura, no toda la cultura es arte. Y porque por mucho que pregonen unos y otros, en una democracia liberal como la nuestra, no hay ningún sector productivo que no esté intervenido o regulado por el Estado. Basta con analizar el tipo impositivo del libro y preguntarse a razón de qué recibe el mismo trato la obra editada por un emporio empresarial y el poemario publicado por una pequeña editorial. Lo que resta -hasta el 21%- es una forma de socializar el gasto a partir de una disminución de los ingresos. Tiene difícil justificación que tribute de igual forma este documental que una superproducción que tiene asegurada su proyección en 1200 salas. No se trata de que el acceso a la cultura sea libre y gratuito. Bastaría con que su tratamiento partiese de una idea clara de cómo, cuándo y por qué una creación, por su valor, debe ser estimulada y protegida de la voracidad del mercado. Una vez libre de mi ira, decir que el filme es de una calidad incontestable. Uno de los mejores documentales que he visto últimamente. Como conozco a Pepe desde que era un niño, la alegría es doble: por la necesaria reivindicación de la danza como una herramienta educativa -para la comunicación y el conocimiento- y por su familia. Especialmente por su hermana M. a la que aprecio desde los 15 años.
3. Disparos al aire
Martes, 25/11/2014. L'Escorxador, Elche. Exposición: Expojove 2014. Artista: Colectiva. Entrada libre.
Se lo decía a J. la otra noche en la puerta de un McAuto: todos aquellos que hemos pisado la línea de los 40, hemos ingresado automáticamente en El club de las dos bengalas. No se precisa inscripción, ni aval, ni cuota ni carnet. Tú cumples cuarenta y ya estás dentro. Así. Tal cual. La existencia de este invisible club del que es socio -aún sin saberlo- una inmensa mayoría, se basa en una principio que se extrae de un pormenorizado y riguroso análisis de nuestra realidad socioeconómica: te pongas como te pongas, te restan dos disparos. Lanzaremos la primera bengala si el azar tiene a bien regalarnos una última oportunidad: un millonario se encapricha de tu obra; un día que te sientes inspirado te amarras a un teclado y terminas pariendo una novela que te catapulta a la gloria; un billete de lotería que será premiado te pasa cerca; una rica heredera te encuentra divertido e ingenioso y te costea la existencia. En caso contrario, será el momento de usar la segunda bengala. Y ya te abrazas a lo que sea que venga en tu rescate: una zódiac de Greenpeace, una patrullera de la Guardia Civil, un cayuco, un barco de piratas somalíes o una expedición al Ártico. Tanto da. A lo que pase, te lanzas en plancha. Porque si aún queda alguien que crea que en algún momento ganaremos más de lo que ya hemos ganado, si algún queda alguien que crea que viviremos mejor de lo que hemos vivido, que se vaya preparando una muda para su próximo ingreso en el Centro Nacional de Frustraciones. Dicho esto, me anoto contactar con Dani Balboa y valorar la posibilidad de adaptar su escultura como un arma de futuro.
4. Suave es la noche
Miércoles, 26/11/2014. Música. Disco: Amar en paz (2014). Artistas: Estrella Morente y Niño Josele. Spotify.
Como no esperaba nada de este disco, lo he recibido con agradecimiento: como un regalo, como un abrazo inesperado, como a una amistad que daba por perdida, como el gesto cómplice de un desconocido. Nada nuevo: un disco de versiones, de exquisito repertorio, en el que dos flamencos -voz y guitarra- se sumergen en la arrebatadora cadencia de la bossa. En un delicado equilibrio que me ha ido conduciendo, suavemente, hasta alcanzar la noche.
5. David Bowie
Jueves, 27/11/2014. Yelmo Cines, Alicante. Película: David Brodie is. Director: Higashi Harrison, Kaye Mullan. VOSEA. Entrada: 8,60 euros. Parking gratuito.
Recientes investigaciones alcanzadas a partir de la extracción y análisis de ADN nuclear avanzan que la población actual, en Europa y Asia, tiene algunos restos de ADN neandertal. Yo siempre lo sospeché. Parece ser que, unos más que otros, tenemos en nuestro ¿genoma? alojado algún matiz y algo del temperamento de un antepasado común. Un tipo que andaba por ahí haciendo fechorías allá por el Paleolítico. De ahí que, de vez en cuando, a uno le dé por hacer fuego donde no toca a otro por coger del moño a la parienta y jugar al lanzamiento de peso muerto y a otro por meterse en la boca o en la nariz lo primero que se encuentra sin mirar la etiqueta. A esta realidad cabría contraponer la existencia de artistas como Bowie. Cuyo ADN, una vez estudiado, quizá nos permitiría regresar a la modernidad.
6. Sobre las tablas
Viernes, 28/11/2014. Teatro. Universidad de Alicante, Colegio Mayor. Al galop. Interpretación: Carme Elías. Entrada: 10 euros.
Es la primera vez que M. y yo vamos juntos a ver una obra. Ella, una mujer de teatro y yo, un peliculero. Lo que se presumía que podía derivar en un duelo de divas en el patio de butacas, tan solo ha quedado en un leve gesto. Repetido, eso sí, una decena de veces. Cada vez que Carme Elías/Diane Vreeland decía frases del tipo «Adoro el artificio», M. me miraba de reojo. Y ese breve movimiento quería decir: como tú. Y así nos hemos pasado la función. Que adoraba las flores: cómo tú. Que decía alguna excentricidad: como tú. Que se ponía a cantar o a bailar sin venir a cuento: como tú. Que le gustaba todo y todos: como tú. Qué le va vamos a hacer si ambas detestamos la nostalgia. Así es: por el exceso hasta el deceso.
