Cada mañana, una quincena de trabajadores del Centro de Estudios de Ciudad de la Luz aparcan en las puertas del edificio, entran, fichan y cumplen su jornada laboral. Como en cualquier trabajo. A excepción de que ellos no tienen alumnos, ni tarea que desempeñar. Ni siquiera cuentan ya con cafetería ni con máquinas de bebidas, servicios que desaparecieron el 1 de octubre. Así se desarrolla la vida laboral de estos empleados que esperan pacientemente el fin inevitable del cierre del centro, después de que en el mes de abril se les anunciase un ERE para desmantelar el centro. Sin embargo, no será hasta el próximo día 14 cuando se reúnan con los abogados designados por la Fundación del Centro de Estudios para elaborar ese Expediente de Regulación de Empleo, tal como les comunicaron el pasado martes.
En esa reunión, se presentarán las condiciones del despido y se tendrá que llegar a un acuerdo con los trabajadores, en cuyo caso se iniciará el proceso de cierre de la escuela, que finalmente y tras los trámites, se espera que sea efectivo el 31 de diciembre, poniendo fin a 8 meses de agonía. Un calvario que se incrementó con el impago de las nóminas de cuatro meses, que se saldaron el mes pasado, aunque, de momento, el mes de octubre no ha sido abonado.
El retraso del cierre del centro, previsto en principio para el 30 de septiembre, supone también un gasto añadido a las arcas públicas. Además de los alrededor de 35.000 euros mensuales en nóminas, se tienen que abonar unos 3.000 euros en concepto de limpieza, además de la luz -cuyo gasto anual se estima en 130.000 euros, según fuentes del centro-, el agua, teléfono y mantenimiento.
No obstante, el Diario Oficial de la Comunidad Valenciana publicaba ayer el acuerdo aprobado por el Consell el pasado 24 de octubre para realizar una transferencia de crédito de 534.217,85 euros destinados «al proceso de extinción y liquidación» de la Fundación del Centro de Estudios de Ciudad de la Luz. La partida pasa del capítulo de Gastos Diversos al de Universidad y Estudios Superiores de la Conselleria de Educación, Cultura y Deporte, que ya tenía una dotación de 162.418 euros, de manera que la desaparición de dicha fundación supondrá un coste total de 696.635,85 euros, incluidos los gastos de funcionamiento y las cargas salariales, según recoge el BOCV.
El director del Centro de Estudios y de Ciudad de la Luz, José Antonio Escrivá, aseguró ayer que el despacho de abogados Olleros de Valencia se está encargando de la elaboración del ERE «y desde el lunes estamos enviando la documentación que nos han pedido».
El propio Escrivá, que confirmó que el 31 de diciembre la fundación estará extinguida y liquidada, se reunirá mañana con los letrados para conocer la situación.
Mientras, el grado que impartía el centro ya se está realizando en la Universidad Miguel Hernández de Elche, campus al que la escuela está adscrita. Allí trabajan ahora tres de los profesores que lo hacían en el centro, dos por ser asociados, a los que se les han mejorado las condiciones, y otro por concurso.
Otro tema pendiente es el de la cesión del material de la escuela a la UMH, extremo que está en el aire ya que al pertenecer a Ciudad de la Luz, no al Centro de Estudios, podría incumplir lo estipulado por la CE, que obliga a devolver al Consell los 265 millones de euros que invirtió en el complejo.
