Retoma personajes de la trilogía anterior. ¿Por qué?

Pues no sé por qué. El libro empezaba con otros personajes, pero me pareció bien abrir con Hortense Cortès, porque da un toque alegre y frívolo a una historia tan fuerte. En el fondo, la familia Cortès se ha convertido en mi familia.

¿Escribe sagas de tres en tres por algún sentido oculto?

Realmente esta última no es una trilogía. Es un solo libro, pero me puse a escribir y salieron 1.500 páginas, así que lo cortamos en tres para poder transportarlo.

El título es un homenaje a España. ¿A qué atribuye su buena acogida aquí?

No tengo una explicación, pero España se ha convertido en mi segundo país literario. Además, Muchachas, así, suena bien en francés: como una canción. Es también un homenaje a los personajes, porque la mayoría de héroes de la novela son mujeres.

Y si le dicen que hace literatura para mujeres, ¿le molesta?

Sí [en español].

¿Por qué?

Porque a un escritor hombre no le dicen que escribe para hombres, sino simplemente que escribe. ¿Por qué a mí me dicen que escribo para mujeres?

En todo caso, las encuestas dicen que ellas son mejores lectoras...

Es así. Sobre todo son mejores lectoras de ficción. El 80% de lectores de novela en todo el mundo son mujeres. El hombre, si las lee, lo hace a escondidas, sin contarlo. No es masculino leer novelas. Al hombre le cuesta asumir la sensibilidad y la introspección que para la mujer es más natural.

¿Se puede acabar con la violencia de sexo?

Temo, por desgracia, que es algo muy difícil de erradicar. La violencia está dentro del ser humano, siempre ha existido. Es una falta de respeto por la persona de al lado que se da en las relaciones de poder. Para intentar paliarla, las madres tienen que enseñar a sus hijos a respetar a la mujer. Mientras exista esa relación de poder entre un hombre y una mujer, siempre habrá violencia.

¿Qué opina de una sociedad que olvida tan pronto una tragedia como la de las 200 niñas secuestradas en Nigeria?

Creo que en el inconsciente de las personas está que son mujeres e importan menos, aunque no lo queramos reconocer.

El caso contrario es el de Malala...

Malala es una una heroína casi más del cine que real. Ha fascinado a la gente por su fuerza. Además, su vida es una historia de superación que termina bien, es como de novela y eso nos gusta.

¿Y en las vidas de éxito no hay mucha invención, como reflexiona Hortense?

El éxito fascina, se ha convertido en nuestro cuento de hadas actual. Pero la gente no se plantea el trabajo y esfuerzo que hay detrás. Queremos el éxito sin trabajo.

Oiga, ¿qué pacto oculto tienen los escritores franceses con la Academia Sueca para ganar tantas veces el Nobel?

[Ríe] No lo sé, pero vuelve a ser un hombre ¡y aún no hay ninguna mujer francesa premiada! ¿El Nobel? Quizá se debe a que Francia es el último país donde el libro es algo muy importante en la sociedad. La relación de los franceses con el libro es casi sagrada. Francia, además, no se ha lanzado en brazos de la electrónica, como otros países occidentales.