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Rodolfo Llopis, en el recuerdo

La Universidad de Valencia inaugura hoy la exposición «EX·IL: exiliats il·lustrats»

Rodolfo Llopis, en el recuerdo

El alicantino Rodolfo Llopis ocupó relevantes cargos en el Gobierno de la II República como el de Director General de Enseñanza Primaria en 1931 y 1933. Así, desde esta posición, fomentó la educación creando escuelas y nombrando docentes, jerarquizando la profesión de maestro con título universitario y salario digno. De este modo, puso en marcha un ambicioso proyecto que pretendía alejar a los mediocres del oficio de la docencia y el magisterio, con el propósito de dotar a las aulas españolas de una red de profesores competentes y preparados.

Ante la sublevación militar y el estallido de la Guerra Civil, Rodolfo Llopis fue presidente del Gobierno de la República en el exilio, y bajo las mismas circunstancias asumió otros puestos de responsabilidad al ser designado secretario general del PSOE (1944-1972) y presidente de la UGT (1956-1971). Falleció en la localidad francesa de Albi, en 1983, a los 88 años.

Cabía realizar una breve trayectoria del alicantino Rodolfo Llopis para hacernos una idea de la envergadura de su legado y memoria en un periodo clave de la historia de España. De hecho, solo a través de su epistolario personal, con cruce de correos entre significados políticos de la época, podemos acercarnos y conocer con mayor exactitud un pasado nuestro no tan remoto.

Algunos de estos documentos y objetos personales del alicantino Rodolfo Llopis, custodiados por la Fundación Caja Mediterráneo, nutren ahora temporalmente la exposición «EX·IL: exiliats il·lustrats» de la Universidad de Valencia. Una amplia muestra, que se inaugura hoy, y que acoge el testimonio de numerosos intelectuales y políticos republicanos influyentes como Antonio Machado, Pedro Salinas, Tuñón de Lara, Luis Buñuel o Juan Negrín (que, recordemos, mantuvo la última sede del Gobierno de la República en la finca de El Poblet, en Petrer, próximo a la pedanía de El Hondón de Monóvar, desde donde partió al exilio junto a Rafael Alberti y María Teresa León).

Entre las piezas cedidas por la Fundación Caja Mediterráneo, destacan tarjetas de visitas, obras personales, documentos de identidad (como el carnet de afiliado a la UGT), fotografías en su gabinete de trabajo, el manual del estatuto jurídico de los refugiados españoles e, incluso, una réplica de la placa de la calle que lleva su nombre, en la localidad francesa de Albi, donde falleció.

«Algunos no regresaron jamás. Otros volvieron años después. De los más de 500.000 hombres y mujeres, la mayoría anónimos, que se vieron obligados a abandonar el territorio español ante la conflagración civil, se recogen aquí 36 perfiles», anuncia la exposición que tiene lugar en el centro cultural de La Nau, en la Universidad de Valencia, y agrega: «Vidas truncadas y vidas reconstruidas más allá de las fronteras. Muchos de los que no volvieron desearon hacerlo, pero también hubo aquellos que, pudiendo regresar, jamás lo hicieron».

La exposición se completa con los dibujos que 36 ilustradores valencianos han realizado por cada una de las 36 figuras incorporadas a esta muestra, que en el caso del alicantino Rodolfo Llopis se ha encargado de retratar Martín López.

Rodolfo Llopis, tampoco lo olvidemos, intensificó las gestiones y contactos para la llegada de los refugiados españoles al sur de Francia y Orán. De hecho, su mediación fue imprescindible para la recogida de dinero y fondos para liberar a los últimos pasajeros del Stranbookpasajeros del Stranbook, que partió del Puerto de Alicante pocos días antes de la finalización de la contienda, el 28 de marzo de 1939.

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