Sol Picó no ha sido nunca una estrella de un solo éxito (one-hit wonder) sino más bien al contrario, ya que el reconocimiento ha acompañado a esta bailarina y coreógrafa alcoyana a lo largo de buena parte de su carrera al frente de una compañía que cumple ahora veinte años.
Con motivo de este aniversario, Sol Picó quiere celebrar con el público estas dos décadas de danza contemporánea imaginativa y vital y echa la vista atrás para rescatar algunos de los mejores momentos de sus espectáculos, de cuya cifra total ha perdido ya la cuenta: «Muchos, más de veinte, entre uno y dos al año», indica la ganadora de una decena de premios MAX con sus coreografías.
El Teatre Calderón de Alcoy será el escenario «muy bien dotado» donde estrenará este espectáculo de «grandes éxitos», One-hit wonders, el próximo 31 de mayo, en el que exhibirá una hora de danza a solas, acompañada a ratos de Joan Manrique, «actor, fakir, jefe técnico, pseudobailarín, que siempre está conmigo», señala.
Sol Picó avanza que será una hora de danza «muy íntima, un desnudo integral» donde repasa «la vida misma» al escoger momentos «interesantes y representativos de estos veinte años, que hay millones, con la idea base de ver qué hay detrás de todo eso, porque detrás de cualquier triunfo hay también pequeños fracasos, hay backstage, miedos, momentos de tristeza. Todo lo que cuesta, el lastre que dejas o con el que igual te quedas toda la vida; la gente que pasa a tu alrededor, dónde estará... Reflexiono sobre todo ello pero con mucho humor también».
Como se indica en la programación del Teatre Calderón, el resultado será una celebración donde no faltarán ni el vino ni el jamón para todos en este viaje.
Estas dos décadas son un punto de inflexión para pensar «qué pasa cuando se llega a un punto en el que todos nos podemos ver reflejados con nuestros momentos vitales», indica la alcoyana, que reconoce que «soy de las que reflexionan sin parar, afortunadamente, siempre estoy en acción»».
Seleccionar momentos significativos de veinte años sobre el escenario es tarea difícil, pero Sol Picó apunta que ha elegido «lo que me ha parecido más interesante y también lo que me apetecía bailar. Volver a bailar Bésame el cactus (estrenado en el año 2000) me parecía muy potente, por ejemplo».
La autora de espectáculos desgarrados y sensibles con títulos tan divertidos como Paella mixta, La divadivina, La prima de chita, Sirena a la plancha, El llac de les mosques, Petra, la mujer araña y el putón de la abeja maya o Memòries d'una puça admite haber vivido «cosas y momentos muy emocionantes en mi vida y el espectáculo es muy emotivo. Ahora ya me estoy acostumbrando pero al principio...».
«Hay gente que me dice que cómo no meto esto o lo otro, o gente que ya ha visto lo que voy a hacer y se ha puesto a llorar», añade Picó, que aclara que One-hit wonders «tiene su punto nostálgico que dejo para el final, pero no me regodeo en ello, ni tampoco en lo malo. Es divertido», aunque ya ha hecho pruebas «y la gente sale emocionada».
Porque si algo no falta nunca en la Compañía de Sol Picó es la emoción: «Siempre, siempre, siempre. Rabia, emoción, fuerza y alegría», apostilla.
Sol Picó creó su compañía profesional de danza con el mismo nombre en el año 1994, instalada desde hace años en Barcelona. La compañía goza de gran reconocimiento dentro y fuera del país y ha sido receptora de numerosos galardones a lo largo de su trayectoria.
En los próximos Premios Max de las Artes Escénica, que se entregarán el 26 de mayo en el Teatro Circo Price de Madrid, su pieza de danza Memòries d'una puça es finalista en las áreas de mejor espectáculo de danza, mejor coreografía, mejor intérprete de danza femenina y mejor intérprete de danza masculino (Valentí Rocamora).
