«La obra no pertenece al artista ni al que la compra, tiene una independencia total». Así piensa el artista alicantino Daniel Escolano, después de desprenderse de 73 de sus obras para donarlas al Museo de la Universidad de Alicante. Un fondo que ya se encuentra en el Campus y que será la parte central de una exposición que se inaugurará en septiembre. Hasta entonces, los cuadros se están catalogando, restaurando y enmarcando para su presentación en esa muestra que llevará por título El Artista y la Madre, ya que se completará con 28 piezas que pertenecen a la madre del pintor, María Cárcel.
Las obras que ya forman parte del fondo del MUA realizan un recorrido por la trayectoria artística y también vital de este particular pintor que ha sido capaz de crear un mundo propio, un particular universo reconocible y reconocido. «Yo soy un enamorado de mis cuadros, para mí no tienen fechas, tienen belleza o no la tienen, y yo lo que intento es que le gusten al mayor número de personas, quiero ser universal».
Entre esas obras, los primeros dibujos que realizó con 13 años, pasando por algunos de su etapa de vegetales, la época azul, los desnudos, sus figuras humanas y las que no lo son tanto, y también una acabada en 2013, Desnudo mirándose desnudo, que el autor considera «mi obra cumbre, es insuperable; tardé dos años en pintarla».
Tanto es así que desde que la firmó, cambió su rumbo artístico y anda enfrascado en el universo de la abstracción, como una vuelta a la pureza de la línea. Pero siempre con el dibujo como germen de cualquier obra. «Hay que haber hecho muchas figuras para conseguir una abstracción y en el arte moderno el problema es que hay gente que quiere hacer abstracto pero no tiene dibujo, que es la base de todo».
El artista destaca que lo primero son los bocetos, «aunque cuando los hago no sé si voy a hacer una figura u otra cosa, es algo que sale de dentro, igual que como las obras de arte tienen vida, cada persona que las ve dice cosas distintas».
En este sentido, Escolano, que conoció a Dalí con tan solo 20 años en Barcelona, se desliga del surrealismo. «Yo no cuento sueños, cuento la realidad, lo que vivo, lo que siento, pero igual la gente no lo percibe, aunque mis cuadros no tienen fondo literario, cada uno debe interpretar su sentimiento sobre la obra».
La colección de Daniel Escolano ha llegado al MUA gracias a las gestiones del vicerrector Carles Cortés y del profesor José Antonio Roche, además primo del artista, que será también el comisario de la exposición. Si tiene que definir la obra de este artista, Roche destaca que es «un gran dibujante y un buen colorista».
La exposición del MUA, que se podrá ver hasta primeros de noviembre, será temática, centrándose en su etapa de los vegetales que es muy poética, su mundo onírico, sus figuraciones con desnudos e imágenes cósmicas, y la abstracción. A la muestra le acompañará un catálogo, en el que participan con sus escritos Vicente Molina Foix y Miguel Cereceda, entre otros.
También se trabaja en una antológica que se verá en la sala de la Lonja en diciembre, con más de un centenar de obras, «las mejores», procedentes tanto de colecciones particulares como de instituciones.
