«No estaba muy nerviosa, yo creo que viví la gala bastante tranquila. No hacía más que repetirme a mí misma: "Si no nos lo dan, no pasa nada". Pero cuando oyes que dicen Las maestras de la República y ves que sí, que es verdad, sentí muchísima emoción y pensé en toda la gente que lo estaría viendo y que se alegraría por el premio». Eso fue lo que la realizadora alicantina Pilar Pérez Solano caviló desde su butaca en la gala de los Goya del pasado domingo, pero cuando se levantó a recibir el premio lo único que ocupaba su mente era «no caerme por las escaleras», confiesa el día después de la fiesta la ganadora del premio a la Mejor Película Documental, que conquistó el «cabezón» al recuperar para la memoria colectiva el legado de las maestras que lucharon por los derechos de la mujer y por una manera avanzada de enseñanza durante la República.

Pilar no se cayó y, con un discurso pausado y coherente, reivindicó la importancia del trabajo documental y homenajeó a las mujeres de esta historia «porque había que salir ahí y agradecer a tanta gente que ha colaborado para contar lo que hemos contado», apunta Pérez Solano, que añade que «disfruté mucho del momento y me pareció muy bonito. Quería dar las gracias a todos y no dejarme a nadie porque sé que en ese momento habría mucha gente feliz. Desde el principio esta película ha sido muy emocional y nos sigue dando energía y alegrías. Es una historia pequeñita que ha llegado muy lejos».

Su recuerdo a estas mujeres coincidió con el homenaje que David Trueba le dedicó también a los maestros. «Eso me han dicho, porque yo ya estaba en el backstage y no pude oírle, pero me alegro mucho de que también fuera la noche de los maestros», apunta la directora alicantina, que cree que su documental ha sido reconocido por la Academia «porque engancha por muchos temas: el homenaje a estas maestras, a las familias que sufrieron la represión, un reconocimiento a la memoria de hombres y mujeres que perdieron la vida enseñando y que creían en un movimiento de renovación pedagógica».

Pérez Solano celebró su galardón en la fiesta posterior a la gala de los Goya, «que fue estupenda y lo pasamos genial, nos quedamos hasta que se acabó, pero no sé qué hora sería porque me quedé sin batería en el móvil». Ella, que acudió con su marido y que lo festejó también con la subdirectora del IVAC, Nuria Cidoncha, señala que fue felicitada, entre otros, por sus competidores de documental y también por Ana Belén, «y me hizo especial ilusión hablar un rato con Jaime de Armiñán de las maestras porque le admiro mucho», añade.

La ganadora apunta que vió la gala «bastante ágil» pero «no sé si fue porque estaba esperando que llegara mi premio, que era el número 25 de 29, y a mí se me pasó muy rápido», mientras critica la ausencia del ministro de Cultura y Educación, José Ignacio Wert: «Me pareció una pena. Sea quien sea el ministro, es muy importante que esté presente en un acto como los Goya para mostrar un respeto hacia esta industria. Me dio pena. Hay que estar en los momentos buenos y malos».

Con la estatuilla ya en casa, que de momento ha colocado «en una estantería», la alicantina con familia en Los Montesinos confía en que el galardón siga dando alas a una película coproducida por FETE-UGT que ya han visto 80.000 personas en pequeñas salas y centros culturales. Y el recorrido aún continúa: el 19 de febrero se proyectará en el salón de actos de la Facultad de Educación de la Universidad de Alicante, con la presencia de la directora, que también negocia con una distribuidora su posible proyección en salas de cine, «aunque es complejo».

La documentalista también cree que «sería estupendo» que el reconocimiento pueda facilitar la realización de una segunda parte de la película porque «hay muchas cosas por contar aún de la República». La primera petición de mecenazgo colectivo o crowdfunding para dicha secuela no ha ofrecido los resultados deseados, informa Javier Fernández, a quien declaró ayer que «estuvo abierto el plazo 40 días pero ni de lejos se llegó a los 80.000 euros que se pedían».

«A mí me encantaría conseguir sacar adelante la segunda parte y seguir haciendo documentales, pero es muy difícil levantar ahora un proyecto porque sólo cuentas con el apoyo de TVE y cada vez tiene menos recursos», indica la realizadora, que no cejará en su empeño: «Hay que seguir, porque la gente sigue llenando las salas para ver Las maestras de la República. Intentarlo, lo voy a intentar porque ahora sabemos mucho más de las maestras. Mucha gente me agradece que hablemos de un periodo tan desconocido como la República y hay historias tan bonitas por contar aún...»