Miguel Ángel Puig Samper, experto en expediciones científicas en el siglo XVIII a la América Hispana y miembro del CSIC, recordó ayer en la jornada inaugural del Congreso Internacional sobre Jorge Juan en la España de la Ilustración que se celebra en la Universidad de Alicante la importancia de las expediciones científicas en el progreso de la humanidad.

En concreto, se refirió a la expedición geodésica hispano-francesa a Quito (1735-1746) liderada por el matemático alicantino y el astrónomo Antonio de Ulloa para medir el grado de un arco de meridiano terrestre en Perú y determinar la forma exacta de la Tierra. Pero en esta aventura también se aportaron dos hallazgos a la ciencia europea: las descripciones del platino y la quina, así como numerosas plantas, animales y otros recursos naturales, que aparecieron en sus tratados.

Puig Samper dio a conocer en su conferencia sobre las expediciones a la América hispana del siglo XVIII curiosidades como que Wooden Rogers es el corsario inglés que inspiró a Daniel Defoe la obra Robinson Crusoe y añadió que esta expedición que Rogers capitaneó en 1708 consistía en un viaje alrededor del mundo, en el que encontraron al náufrago Alexander Selkirk en la isla de Juan Fernández.

El rector de la UA, manuel Palomar, inauguró ayer este congreso cuyos objetivos son aproximar la figura de Jorge Juan a la sociedad y divulgar los resultados de investigación sobre su figura. El diputado de Cultura, Juan Bautista Roselló, describió a Jorge Juan como «uno de los mejores hijos de la época de ciencia y razón que le tocó vivir», en la que España necesitaba acortar la brecha científica con respecto a otros países, mientras que el director del encuentro, Armando Alberola calificó a Jorge Juan de «referente en la España del siglo XVIII».