Su principal función era la de criar peces. Unas veces para su comercialización y otras como seña de prestigio y riqueza junto a lujosas villas a modo de acuarios de lujo. De esta red de piscifactorías que crearon los romanos en la costa del Mediterráneo, sobre todo en Italia, en España se conservan únicamente tres -unos restos aparecidos en Cádiz están en estudio en estos momentos- y todas ellas se encuentran en la provincia de Alicante, en concreto en Calp, Xàbia y El Campello.

En esta última localidad, los conocidos como «baños de la reina» se encuentran en el yacimiento de l´Illeta dels Banyets, donde, sometidos a la acción del mar, están sufriendo un grave deterioro que se ha hecho especialmente perceptible en los últimos tres años.

Los viveros de El Campello -el que más destrucción sufre es el de poniente-, al estar en la línea de costa pertenecen al Estado, pese a que el yacimiento en sí fue adquirido en 1999 por la Diputación y sometido a un proceso de musealización a través del MARQ. Por este motivo, la institución provincial remitió en septiembre de 2012 un informe a Costas alertando de esta situación que, pese a estar provocada por la propia naturaleza, puede al menos retardarse si se toman algunas medidas. Pero todavía no ha habido respuesta.

El director técnico del MARQ, Manuel Olcina, destaca que estos viveros «están expuestos a la corriente y a la acción marina», y el deterioro se produce por golpe de mar, la misma circunstancia que con el paso de los años convirtió en isla este enclave, descubierto en el siglo XVIII, que en origen era una península. «Esa dinámica erosiva es la que sigue afectando a los viveros, ya que a partir de una pequeña fisura se van abriendo grietas hasta que se levantan trozos y se degrada de una manera más rápida», que es lo que ha ocurrido desde 2011. De hecho, alerta el arqueólogo, «algunos de los compartimentos están ya en voladizo y llegará un momento en que se caigan».

En su opinión, «se pueden establecer medidas de conservación e intentar amortiguar y retrasar la erosión; no es una gran inversión, pero en estos tiempos es complicado».

El problema es que al pertenecer a Costas, «no podemos actuar sin que haya un permiso porque no es de nuestra competencia la parte que está delimitada por el mojón y el agua del mar».

El carácter único de estas construcciones son las que hacen alertar sobre su posible desaparición, aunque los viveros de Calp y Xàbia se encuentran en mucho mejor estado de conservación. «Lo que hemos hecho en los de El Campello es documentarlos y recoger su estructura en tres dimensiones para tener constancia de cómo era su estado original».

El arquitecto de la Diputación de Alicante Rafael Pérez, uno de los autores del informe que se envió a Costas alertando del deterioro de esta piscifactoría, asegura que «es la propia dinámica del mar lo que ataca a estos viveros», algo que es «lento», pero «constante». «Sabemos que es un mal momento pero hay métodos para paliar esto, tal como se recoge en el informe enviado al ministerio, como la construcción de alguna escollera sumergida artificial para evitar el golpe de agua, y también hay inversiones a nivel estatal que se hacen en el litoral y se puede destinar un poco a salvaguardar esta zona».

Alerta por la merma de superficie del yacimiento

Como una llamada de emergencia por el estado geológico de la Illeta define el arquitecto Rafael Pérez la exposición que el próximo día 20 se inaugurará en el Casa de Cultura de El Campello. «Va a ser un toque de atención porque la Illeta se está rompiendo; tiene unas cavernas abiertas por desprendimientos interiores que hacen que algún día se pueda romper». Pérez afirma que «estamos pensando organizar un seminario en el MARQ con técnicos e ingenieros para abordar este problema y ver las posibles soluciones para ralentizarlo». El suelo del yacimiento está formado por estratos, «el último es muy blando, está casi con contacto con la línea del mar y eso se va erosionando, lo que va mermando la superficie del yacimiento». El arquitecto asegura no ser alarmista, «pero creo que hay que llamar la atención porque ahora se pueden inyectar materiales para que se consolide la fisura y garantizar su estabilidad».