El ciclo Arte último. 21 días regresa a la sala de exposiciones de la Lonja de Alicante con la participación de ocho nuevos artistas de la provincia que, en su gran mayoría, nunca han mostrado sus obras en Alicante.

La alcoyana Nuria Fuster es la encargada de inaugurar, mañana, la segunda temporada de este ciclo dedicado al arte contemporáneo en el que los artistas, emergentes y consolidados, muestran su obra más reciente durante 21 días de exposición. Otros siete creadores continuarán con la programación hasta febrero del próximo año: Ferran Gisbert, pintor de Alcoy; Elena Jiménez, escultora/instaladora de Alicante que vive en Madrid; Inma Femenía, artista de Pego que vive en Valencia; Alicia García Núñez, poeta ilicitana que trabaja con la imagen y el sonido; Silvia Sempere, instaladora de Alcoy; Miguel Ángel Díez, ilustrador de Aspe, y María Dolores Mulá, pintora de Elche.

Eduardo Lastres y Guillermina Perales, comisarios de este ciclo patrocinado por la Concejalía de Cultura y la Diputación de Alicante, presentaron ayer en el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante (MACA) la nueva temporada y realizaron un balance de la temporada anterior, en la que repasaron las exposiciones realizadas durante 2012/13 con Xavi Carbonell, Vicente Molina, Álvaro Tamarit, Pablo Auladell, Perceval Graells, Pepe Calvo, Jesús Zuazo y Paco Valverde. De este ciclo se descolgó el artista que lo iba a inaugurar, Ángel Masip, por considerar que no podía llevar a cabo su muestra al carecer de remuneración económica para desarrollar su obra.

En su nueva etapa, la artista de 34 años Nuria Fuster inaugura mañana su primera exposición individual en Alicante. Escultora instaladora formada en la Escuela de Bellas Artes de Valencia, y con Beca Sócrates-Erasmus en la Academia di Belle Arti di Roma, vive en Berlín actualmente y ha participado en exposiciones de repercusión internacional como ARTSituacions, comisariada entre otros por Vicente Todolíy María del Corral.

Nuria Fuster recicla elementos de la sociedad que encuentra en el desguace, el capot de un coche o la cámara de la rueda de un camión "con una concepción de la escultura en la que se refleja su conocimiento de la tradición clásica pero con una reflexión sobre los conceptos y las formas contemporáneas", señala Guillermina Perales. Para esta exposición propone cuatro intervenciones de diferentes significados, con una intencionalidad en la que el espectador se plantea cómo la mirada de la artista provoca diferentes reacciones relacionadas con el mundo del arte, fundamentalmente con la tradición escultórica.

Fuster trabaja con material de desecho que compra en desguaces, "son piezas que ya tienen accidentes, que han tenido usos. A priori nunca se me habría ocurrido hacer algo así y es más fácil encontrarme con estos objetos que crearlos, es mi forma de trabajar. Utilizo objetos como expresión en sí mismos y subvierto sus propiedades", explica la artista plástica, que también muestra la "fisicidad del aire" en una de sus instalaciones a través de un ventilador que mueve un plástico "como una pieza que se autoesculpe de forma caótica".

Nuria Fuster dice ser consciente de que el arte plástico contemporáneo "a veces es difícil, es un lenguaje que hay que aprender", pero a ella le gustaría que el público que viera sus instalaciones por primera vez "se encontrara con objetos o escenas cotidianas que de repente, al tenerlas delante, se convirtieran en algo observable, que te hacen parar a mirar y a descubrir su potencial escultórico".