No se entiende la cultura en la provincia de Alicante sin el papel que desempeñan en ella los diferentes institutos de estudios comarcales.

Y vaya por delante algunos ejemplos: mucho antes del nacimiento de Facebook, ellos ya funcionaban como una red social; la creación de estos institutos de estudios comarcales es una de nuestras improntas, de nuestras raíces culturales más significativas; la mayoría de estos institutos superan los 25 años de antigüedad, con entre 200 y 600 socios, que pese a la crisis no han decaído; es bien conocida la fama que tienen estos institutos de estudios comarcales, que arrastran a un gran número de público generalista; huyen del localismo, cubren los huecos culturales que entidades públicas y municipios no atienden, y sus publicaciones sirven incluso como materia docente para profesores de institutos y colegios; no hay población de la provincia que quede huérfana ante estos institutos de estudios comarcales, que no buscan en absoluto enriquecerse, apenas reciben subvenciones y que, incluso, les toca poner dinero de sus bolsillos para cumplir sus objetivos; son fuentes generadoras de conocimiento constante que, en definitiva, funcionan como una especie de ONGs culturales.

Estas son algunas de las pautas que identifican fundamentalmente a estos institutos de estudios comarcales que, recientemente, tuvieron una jornada de trabajo en la Universidad de Valencia organizada por la Fundación Ramón Muntaner. Y, de allí, surgieron algunas reflexiones, en las que tuvo cabida también la autocrítica. Por eso, la mayoría de los presidentes consultados reconoce que sus próximos objetivos pasan por conseguir más colaboraciones conjuntas. "Porque hemos ido mucho por nuestra cuenta", apuntan.

Marina Alta

Antoni Lluís Carrió es el presidente del Institut d'Estudis Comarcals de la Marina Alta. Una de las entidades más antiguas (26 años en funcionamiento), más prestigiosas y con mayor movimiento en la provincia de Alicante. De ahí sus más de 600 socios, y sus dos consagradas revistas: Aguaits y L'Aiguadolç. "Realizamos temas muy poco tratados por la Literatura en general, entre otras cosas, y por eso los estudiosos la ven tan interesante", afirma Carrió, experto en materia de institutos comarcales por su participación en otras labores de coordinación en otros centros de Cataluña.

"El gran error de los institutos comarcales en la provincia es que no se han preocupado de hacer socios, además de poner la gestión normalmente en manos de profesores, que entienden poco de gestión", asegura.

El Institut d'Estudis Comarcals de la Marina Alta exhibe músculo, sobre todo, a través de sus cuentas. "El año pasado manejamos una publicación costosa de la Vall de la Gallinera. Costó 13.200 euros, y las ventas fueron de 14.500 euros", afirma.

Respecto al tema recurrente, a la falta de colaboración entre entidades alicantinas, Carrió se muestra muy explícito: "Esta es una obsesión mía que en Cataluña, en cambio, sí se ha conseguido. Pero en el País Valencià sigue siendo muy complicado, porque hay mucho localismo y se hace muy poco para coordinar esfuerzos".

Vinalopó Mitjà

Gabriel Segura, arqueólogo de profesión, preside el Centre d'Estudis Locals del Vinalopó. Es un colectivo en constante movimiento, que ha frenado un tanto su actividad por la crisis, pero sigue igualmente avanzando por su vocación cultural. "Nuestro objetivo es poner a disposición de muchos el conocimiento de unos pocos. Y qué mejor manera que hacerlo a través de un instituto de estudios comarcales", explica.

Su publicación es la Revista del Vinalopó, recientemente presentada en Novelda, y para definir su calidad basta con el ejemplo con que nos expone: "Muchos profesores de institutos utilizan nuestros libros como materia docente", agrega.

Segura no muestra grandes quejas por el trato de los políticos, pero sí en cambio por la obsesión de algunos mandatarios por el "localismo": "El político local es el que más involucrado tenía que estar, y es el que menos está. Hay excepciones, como la de Petrer, que nos trata de maravilla. Pero en otros puntos se peca de "pueblerismo", y no se ve que tu pueblo es de una comarca y, si hay iniciativas comarcales, todos salen beneficiados. Los políticos deberían estar ahora más preocupados por formar sinergias, porque es imposible que cada pueblo tenga su programa cultural, su teatro, su cine... eso baja la calidad".

La fama de los institutos de estudios locales sobre la capacidad de convocatoria de sus actos, Segura la justifica rápidamente: "Antes del Facebook, nosotros ya éramos una red social. Además de que esto es pura vocación, y no estamos por ningún interés económico".

Finalmente, Segura apuesta por una mayor línea de colaboración entre los institutos: "Hay trabajos que se hacen en Alcoi y son igualmente útiles aquí, porque hay una lengua valenciana que nos une".

La crisis, un obstáculo más

No todos los institutos de estudios comarcales han salido indemnes del torbellino de la crisis. Una de ellas es la del Baix Vinalopó, que se ha visto obligada a reducir hasta un 30% su presupuesto. Pese a todo, trabajan incansablemente para mantener la calidad de sus actividades. Entre ellas, la publicación de La Rella, y la muestra sobre el 400 aniversario de la expulsión de los moriscos, según informa su presidente Hèctor Camarasa, profesor de la Universidad de Alicante. También se ha resentido considerablemente de esta crisis el Institut d'Estudis Comarcals del Baix Vinalopó, de reciente creación (7 años), y que cuenta con brillantes ideas (ahí está su revista La Rella), pero escasos apoyos. ¿El principal? La falta de una sede, nos explica su presidente, Agustí Galiana.

Como aclaración, cabe decir que no están aquí citados todos los institutos de la provincia. Quedan algunos como el Contestans o el de Valls de la Mariola. Y pueden tener menos socios pero son, en cambio, igual de necesarios.