Ana Belén regresa al escenario con «Música callada, la vida rima», un espectáculo de alta sensibilidad literaria, musical, escenográfica, que llega el próximo viernes al teatro Jovellanos en Gijón . La actriz y cantante, figura desde que era casi una niña, se asocia con la gran concertista de piano Rosa Torres- Pardo para mostrar a través de las calidades de su voz cómo se hermanan música y palabra. «Música callada, la vida rima» abre, con una propuesta en la que han intervenido también el poeta Luis García Montero y el director escénico José Carlos Plaza, una nueva edición del Festival de la Palabra.

-¿Qué es «Música callada, la vida rima»?

-La idea pertenece a Rosa Torres-Pardo, que fue la persona que movió los hilos para que todo encajara. Me animó y entre las dos convencimos a Luis García Montero e involucramos a José Carlos Plaza.

Y parte del deseo de Rosa, que siempre está experimentado, de colaborar conmigo; es una gran concertista, pero no se quiere quedar ahí. Estaba también mi faceta como cantante, y de ahí el título, que se le ocurrió a Rosa pensando en San Juan de la Cruz y enMompou. Nos dimos cuenta de que había que abrir la historia, y ahí entraron otros grandes músicos, desde Beethoven a Stravinski. García Montero eligió unos poemas de acuerdo a las músicas seleccionadas por Rosa, pero había que unir todo eso, así que escribió un texto que nos permite a Rosa y a mí interactuar.

-¿Cuál es el hilo que une los poemas?

-Ese hilo es una serie de preguntas: ¿qué es el arte, por qué estamos aquí, qué es la emoción...? No me limito a recitar, sino que también canto.Y José Carlos Plaza, además, le dio una vuelta a todo: ha imprimido un dinamismo y una concepción que son muy teatrales.

-Es un lujo contar con un director de escena como Plaza.

-Sí, y es un lujo, por supuesto, contar con Luis García Montero; son muchos lujos.

-¿Qué lugar ocupa la poesía en una artista tan versátil y polifacética como Ana Belén?

-No es lo que más leo, aunque cuando lo hago siempre me digo: «¡Qué maravilla, cuántas respuestas encuentro!». Curiosamente, tampoco he leído mucho teatro.Y me ocurre lo mismo, esa sensación de admiración cuando cae en mis manos algo magnífico. Víctor (Manuel) lee más poesía que yo; quizá por cómo desarrolla su trabajo.

-En un mundo donde lo visual y lo espectacular parecen comer el terreno a la palabra meditada, precisa, ¿qué recepción tiene entre el público «Música callada...?

-Gusta mucho. Lo hemos hablado Rosa y yo: tenemos una pequeña joya. Hemos creado una pieza teatral con un decorado sonoro y lumínico.

Al principio el público se sorprende porque piensa que va a escuchar un concierto de piano; otros, un recital de poesía.Y es todo eso y algo más: una pieza teatral diferente, extraña. No se han hecho cosas así; nosotras lo llamamos «la cosa que hacemos». Tiene una duración de hora y media.

-Abarcan un arco literario muy amplio, desde San Juan de la Cruz hasta el propio García Montero, incluyendo a Lorca, Alberti, Gil de Biedma y Ángel González. Es casi una antología de la poesía española, salvo la excepción de Jacques Prévert.

-¡Ojalá! Bueno, la poesía española es tan amplia, afortunadamente, y tan buena... Pero Luis ha elegidomuy bien los poemas y les ha buscado la relación con la música que interpreta Rosa. Está muy bien ensamblado. A Prévert lo hemos incluido por «Las hojas muertas», que relacionamos con «Elogio de la canción francesa», de Gil de Biedma.

-¿Son malos tiempos para la lírica?

-Bueno, siempre se dicen esas cosas. Vengo escuchando, desde niña, que el teatro está en crisis. La poesía interesa o no, más allá de cómo estén los tiempos. La gente que a la que le gusta siempre encuentra vías para acercarse a la poesía, siempre se hace preguntas y profundiza en las cosas. ¿Malos tiempos para la lírica? Depende; la poesía siempre encuentra su camino y da respuestas, si no la gran respuesta.

-Me refería también al grave momento económico que vivimos.

-No tiene que ver. ¿Y en los tiempos de la abundancia y del derroche? ¿De qué estamos hablando? Podemos referirnos a cualquier momento y a cualquier situación, pero la poesía está ahí.