La fonoteca virtual, el proyecto de la Diputación de Alicante para crear un archivo musical accesible a través de Internet, se mantiene paralizado un año después de anunciar su puesta en marcha el entonces presidente de la corporación provincial, José Joaquín Ripoll. La idea de crear una fonoteca provincial surgió a partir de la cesión de la colección musical del médico alicantino Manuel Gomis Gavilán, formada por cerca de 40.000 discos compactos y 10.000 vinilos, con más de 265.000 registros musicales.

Las causas del retraso en la materialización del proyecto se encuentran, por una parte, en los problemas técnico-jurídicos para su gestión sin colisionar con los derechos de autores y discográficas y, por otra, en el cambio político al frente de la Diputación y en los responsables de Cultura y del Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert.

La cesión de la colección de Manuel Gomis -una de las más valiosas del país- se hizo pública a finales del año 2010, tras año y medio de trabajo de catalogación y clasificación de los fondos, de la que se encargó el compositor alicantino Luis Ivars. Unos meses después, en abril del pasado año, se inició la digitalización de los fondos para su acceso a través de la red, ahora también paralizada.

Las elecciones autonómicas y la salida de Ripoll de la presidencia de la Diputación frenaron entonces el proyecto, ya que hasta el pasado verano no se formó la nueva corporación y en octubre se produjo el cambio en la dirección del Instituto Gil-Albert, donde se encuentra albergada la colección y donde hace un año se instaló una docena de ordenadores con auriculares para la consulta y escucha de estos fondos, que no llegaron a abrirse al público.

No obstante, esta parte de escucha in situ gratuita al público prevé ponerse en marcha en un par de meses, según señala el nuevo director del Gil-Albert, José Luis Ferris, que quiere reinaugurar este espacio de la fonoteca "física" con la presencia de la familia de Manuel Gomis y la instalación de una placa con su nombre. Se encuentra, no obstante, pendiente de que la fonoteca se "institucionalice", ya que ahora no forma parte administrativamente del instituto, sino de la Diputación, y la intención es que se incluya dentro del departamento de arte sonoro del centro.

La otra cuestión que sin embargo continúa pendiente es la negociación con la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) sobre los derechos y con las compañías discográficas para los derechos de puesta a disposición del público de las piezas en Internet. Este proceso fue iniciado por el músico Luis Ivars pero la actividad se interrumpió tras el cambio político hasta conocerse el futuro de la fonoteca. "Yo estaré encantado de seguir negociando si me lo indican, pero primero hay que ver cómo se integra en la nueva estructura del Gil-Albert y ver hasta donde se puede llegar y con qué presupuesto", apunta Ivars, que considera que el coste por los derechos de la SGAE es "asumible" y con las discográficas depende de los acuerdos a los que pueda llegarse con ellas.

El diputado de Cultura, Juan Bautista Roselló, indica que "hasta que no se resuelvan los temas técnico-jurídicos de derechos y sepamos el coste no se podrá poner en marcha en la red", mientras que la escucha en el instituto se podrá realizar al estar ya los fondos digitalizados.

Aunque ahora los fondos de la colección de Manuel Gomis centren el contenido de la fonoteca, la idea inicial es ir incorporando música tradicional y contemporánea alicantina para completar los fondos sonoros, además de desarrollar otros servicios al público, como difundir los conciertos del Auditorio.

Los fondos se subirán de nuevo a la "nube"

La Diputación de Alicante, a través de la empresa Geonet, llegó a subir a la "nube", un espacio de almacenamiento masivo en la red, la totalidad de los fondos de la colección de Gomis y abrió una página web en fase de pruebas para comprobar su accesibilidad. Todo ello se encuentra desactivado, ya que su mantenimiento costaba 350 euros mensuales.

En caso de que se reactive el proyecto de la fonoteca virtual, los fondos musicales deberán volver a subirse a la red mediante el mismo proceso, que duró tres meses.

Como se recordará, la colección del médico y melómano Manuel Gomis, fallecido en Madrid a los 49 años de edad, se cedió de forma altruista por la familia con la condición de que no se rompiese su unidad. Antes de cederla a la Diputación se habían mostrado interesadas en ella instituciones como la Comunidad de Madrid o la Universidad Complutense. El grueso de los fondos sonoros es de música clásica pero tampoco faltan archivos de jazz, flamenco o cine musical.