Vaya por delante que de sexo no se habla, se practica.

Cierto. El sexo oral no conduce a nada.

¿Qué propone ‘Sexos’?

Una comedia urbana, ácida y divertida, de las relaciones entre los sexos. Su éxito se sustenta en los acertados ingredientes que maneja y en el tema, siempre atractivo.

Maite, su personaje, ¿qué busca en los hombres?

El amor, y para ello se acuesta con muchos, no se conforma con uno. Lo que le pasa es que al medio minuto se le escapan, los espanta.

Y usted, ¿qué busca?

En los hombres busco a un compañero, un amigo, diversión, compartir parte de la vida...

¿No cree en el amor eterno?

No, tengo mis dudas. Hablo desde mi experiencia. Creo que el amor tiene fecha de caducidad, pero bueno, tampoco estoy muerta, así que, quién sabe...

¿Los hombres siempre mienten?

A veces, lo que sí es cierto es que a nosotros se nos nota más, mentimos peor.

¿A qué director le gustaría esposarse?

Hay tantos... Con Juan Carlos Fresnadillo me gustaría repetir, así me verían en Estados Unidos, donde triunfó por todo lo alto. Tampoco les diría que no a Amenábar, Clint Eastwood y Terrence Malick, aunque en este último caso quizá tenga que esperar una década [suma cinco películas en 40 años de carrera].

Cumplidos los 40, ¿adiós al sexo?

Cumplidos los 40, adiós a nada. Los 40 son una edad estupenda, muy aconsejable para probar cosas nuevas, también en el sexo.

¿Debemos intranquilizarnos cuando nos dicen continuamente ‘te quiero’?

Yo no. Cuando me lo dicen, me lo creo, no sospecho nada. En la vida real soy ingenua. Mi trabajo es mentir y que me mientan.

¿Quién le pone más: Villaronga, Almodóvar o Benito Zambrano?

He de reconocer que de las tres películas que disputan la carrera a los Oscar solo he visto Pa negre. Soy muy amiga de Villaronga, un hombre al que aprecio mucho, por su sensibilidad y ternura, dos aspectos que refleja en sus películas. Es una persona fiel a su cinematografía. Sé que ha pasado épocas malas y duras, así que me encanta el éxito que está teniendo.

«Yo no me tiro a nadie, dejo hablar al amor».

Es mi frase preferida de Sexos. Quien la pronuncia no puede reconocer que es un poco putilla.

¿Legalizaría la prostitución?

Sí. Es algo que está ahí, una realidad que no se puede obviar. Las prostitutas tendrían que tener una cobertura social adecuada. Si se regulara su situación habría más armas para luchar contra el proxenetismo, cotizarían a la Seguridad Social e igual no nos recortarían las pensiones.