No pudo asistir a la inauguración de la exposición Ermitage. Tesoros de la arqueología rusa en el MARQ el pasado mes de abril, pero la reina Sofía se comprometió con sus responsables a visitar la muestra, el mayor préstamo que ha salido en la historia del Museo del Ermitage de San Petersburgo, y lo hizo ayer, unos días antes de que el medio millar de piezas viajara de vuelta a Rusia. El ciervo de Kostromskoy, de 2.200 años de antigüedad, o el esquí prehistórico de madera, fueron solo algunos de los objetos en los que doña Sofía fijó especialmente su atención.

La reina es ya casi una habitual del Museo Arqueológico de Alicante y la de ayer fue su tercera visita a estas instalaciones. En el año 2002 presidió la inauguración del centro y regresó en 2009 con motivo de la exposición La belleza del cuerpo, con fondos del Museo Británico de Londres que incluían El Discóbolo de Mirón.

De hecho, antes de que concluyera su tercer itinerario por el MARQ, los responsables no perdieron la oportunidad de recordar a su majestad que el próximo año 2012 se cumple el décimo aniversario del museo y, por supuesto, le anticiparon su invitación. "Esta es su casa -apuntó el director gerente del MARQ, José Alberto Cortés- y como vino a la inauguración, queríamos invitarle también al aniversario". ¿Y la respuesta fue afirmativa? "Claro, ha dicho que vendrá encantada", aseguró.

La reina llegó pasados unos minutos de las 18 horas mientras las autoridades y los nuevos patronos del MARQ esperaban formados en línea a la entrada del museo; en el exterior, decenas de vecinos aguardaron la llegada de doña Sofía, y continuaron en la puerta hasta su salida, aunque lo ajustado del programa impidió que, como en otras ocasiones, la reina se detuviera a saludar a los ciudadanos en la calle.

Una hora antes, los perros adiestrados para localizar explosivos rastreaban el recinto y los equipos de los periodistas, que esta vez no pudieron seguir el recorrido de la reina ni siquiera a través de un monitor, aunque sí se permitió la entrada de reporteros gráficos en la primera de las salas.

Tras saludar a los responsables políticos, encabezados por el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, la presidenta de la Diputación, Luisa Pastor, y la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, la reina, a la que acompañó la ministra Leire Pajín, se detuvo unos minutos con la mujer del embajador de Rusia en España, Ekaterina Kuznetsova, con quien después recordaría su visita al Ermitage.

El interés de la reina por la historia y el arte ha quedado patente en cada una de sus visitas al museo alicantino y, en esta ocasión, tampoco se quedó atrás, ya que doña Sofía atendió como una alumna aventajada las explicaciones del director técnico del museo, Manuel Olcina, durante el recorrido por la exposición, que duró unos cincuenta minutos por las tres salas, ya que tras el acto debía acudir al concierto de Zubin Mehta con la Orquesta de la Comunidad Valenciana en el Auditorio de Alicante.

Sin tiempo para contemplar con detalle los 482 objetos de la muestra arqueológica, la reina se mostró "muy interesada en todas las salas y estuvo haciendo muchas preguntas, no por compromiso sino queriendo conocer todos los aspectos de la exposición, tanto sobre lo que se le explicaba como sobre las piezas", explicó tras la visita el director técnico del Museo Arqueológico. Las que más atrajeron su mirada fueron, según Olcina, "el ciervo, una botella de oro de la cultura Escita y el esquí o remo de madera de la cultura de Usvyaty, con 5.000 años de antigüedad". Del ciervo, destacó José Alberto Cortés, la reina comentó "el diseño tan moderno que tenía para ser una pieza tan antigua".

"Le ha gustado mucho -concluyó Olcina- y sobre todo, ha preguntado mucho, y eso es de agradecer. La reina es una gran interesada en el arte y la arqueología y eso se nota".

El MARQ despide la muestra del Ermitage con jornada de puertas abiertas el sábado de 10 a 24 horas y el domingo, de 10 a 14.

Foto de grupo con los trabajadores del Museo Arqueológico

La reina no dudó en hacerse una foto de grupo con los trabajadores del Museo Arqueológico de Alicante, que aguardaron en la entrada del centro hasta que concluyó la visita. A pesar de que la comitiva salió del interior del museo con bastante prisa porque llegaba tarde a la cita en el Auditorio de Alicante, doña Sofía no puso ninguna objeción cuando fue requerida por una treintena de empleados del MARQ, con quienes posó encantada, a pesar de las prisas que imponían los responsables de protocolo de la Casa del Rey. Antes de su marcha, los responsables del museo y la presidenta de la Diputación de Alicante, Luisa Pastor, hicieron entrega a la reina de una placa de metacrilato en la que se recordaba el motivo de su visita,con la firma de la presidenta de la corporación. También sellevó el catálogo y un dvd sobre la muestra. A. P.