Son artistas a domicilio. Profesionales del dibujo y la ilustración que, por unos 700 euros, son capaces de dibujarte a la carta cualquiera de las paredes de tu casa. Retratan a tu pareja, a tu mascota o tu paisaje preferido para que, a modo de un tatuaje, los recuerdes para siempre cómodamente sentado desde tu sillón. Son los nuevos tiempos de un oficio que se ha transformado por la crisis y la falta de oportunidades, donde cada vez son menos frecuentes las exposiciones, y las ilustraciones o trabajos por encargo forman parte ya de su oferta laboral.

El alicantino Roberto Picó López reconoce pasar por este "nuevo proceso de adaptación" por el que atraviesa la ilustración. "Todo el sector en parte lo estamos haciendo", comenta. Y lejos de hundirse, Picó es capaz de cubrir de arte, con pincel en mano, lo que antes era una pared vacía y sinsentido. "Pintar y dibujar las paredes de una casa es como tener un cuadro gigante, solo que éste no se mueve", apunta. Esta moda impulsada principalmente por la obsesión de personalizar nuestros objetos también se extiende a cafeterías o peluquerías. Negocios que aprovechan estas nuevas tendencias para aportar una firma o sello único a sus empresas, añadiéndoles además un factor diferenciador de su competencia.

Manu Galdón, uno de los artistas más consagrados de la provincia de Alicante, y quien fuera uno de los dibujantes de Disney para películas tan conocidas como Tarzán, también ha trabajado en esta personalización del arte, que es otra de las alternativas por las que pasa la ilustración en estos tiempos difíciles.

Pero más allá del arte de la ilustración, Internet se presenta como una ventana abierta al mundo para los artistas alicantinos. De hecho, muchos de ellos, como el alicantino Roberto Picó, acuden a la red para cerrar nuevos contratos que no están nada mal remunerados. Se trata, sobre todo, de los encargos que reciben desde el sector de los videojuegos, donde los dibujantes e ilustradores se encargan de dar vida a los sueños e ideas de guionistas y programadores cuando tejen la trama principal de cualquier videojuego.

"Se trata de navegar y acceder a estas páginas webs donde existen todo tipo de ofertas de empleo. En una de ellas, hace poco, contacté con un programador turco que estaba preparando un juego de iPhone para subir al "app store" (así se conoce el mercado donde es posible comprar los videojuegos desde esta plataforma). Y el caso es que él me envió lo que quería, siempre en inglés claro, que es como se trabaja todo esto, y le envié los primeros bocetos. Le gustaron, recibí el primer dinero y luego se acabó. Yo hice los dibujos de los personajes, traté de moldear ese mundo que él quería a su gusto, corrigiendo algunos detalles que no pudiera tener claros. Luego, una vez termina la parte de la ilustración y el diseño, queda ya todo en sus manos", apunta Roberto Picó.

Este negocio, y esta nueva salida para los ilustradores alicantinos, puede representar un jugoso negocio si se atiende a un solo dato. Recientemente, Google informó que mil millones de personas utilizan habitualmente su teléfono móvil para acudir a las redes sociales u otros dispositivos (como videojuegos). Pues bien, "si subimos un juego, a un euro como precio, basta con vender un millón para llevarte un millón de euros. Así de sencillo", explicaba Picó, quien ha optado por la especialización laboral en este sector con sus estudios en Escuela Superior de Arte y Tecnología en Valencia. "Ahora he preparado y diseñado otros personajes para un futuro juego que aparecerá para Xbox 360 y Play3. Pero aquí, a diferencia de los videojuegos para móvil, los procesos son mucho más lentos y el trabajo es mucho mayor", agrega.

El futuro pasa por el videomaping

¿Se imaginan paredes con imágenes en movimiento? ¿Ladrillos con pantallas LED, como el de las televisiones de alta definición, que proyectaran todo tipo de figuraciones incluso en tecnología 3-D sobre una fachada? Pues existe, es el futuro, y se llama videomaping. Se trata todavía de una técnica un tanto precoz, pero que poco a poco se abre paso entre las agencias de publicidad, discotecas y centros culturales. Y aviso para todos aquellos artistas que buscan trabajo y aún no se han decantado por alguna especialización: existen empresas, sobre todo las de publicidad, que se matan por encontrar a técnicos de videomaping. Lo dice el alicantino Javi Sala, uno de los pocos estudiosos de esta rama audiovisual. "El concepto es animar objetos inanimados. Eso es el videomaping. Proyectar sobre fachadas imágenes en movimiento, aportándoles una nueva estética. Una técnica poco conocida pero que, desde el 2010, se ha disparado. Ahora el videomaping se experimenta más en discotecas y zonas de fiestas, pero su objetivo es que se realice en edificios que puedan ser "videomapeados", como un museo o un centro cultural", afirma.