Suena la voz rota de Amy Winehouse. El blanco esmaltado del Ágora deslumbra. Y hace un calor sofocante. Déjà vu. Segunda jornada de la Valencia Fashion Week. Algunas conclusiones: una, el futuro es nuestro, chicas (todo moda femenina) y dos, en tiempos oscuros ¡qué viva el happy happy! Hay mirada atrás, a la infancia, a la adolescencia, al rosa, a las muñecas, a la pureza, a la simplicidad geométrica, a la esencia. Con el negro. Como trazo recto, como contraste, como madurez, como sombra.

Entre fresas y regaliz. Así explica el alicantino Juan Vidal Hello Kittie. Una colección muy chica, muy rosa, muy puntillista, muy pop, pero todo medido para no traspasar el límite. Soft. El color rosa como estrella pero siempre matizado por el negro, en vivos de seda que simulan trazos de rotulador (guiño al mundo de los dibus y el manga). Lazos, cintas, flores, vestidos de margaritas me-quiere-no-me-quiere dignos de Twiggy. Niñas, sí, pero... Rosas empolvados, matizados que dan lugar a híbridos. Preciosismo al cubo en los troquelados. Pura blonda de papel de pastelería. Cazadoras Pink Ladies. Pequeños vestidos negros (eternos). Aberturas escotadas en la espalda que simulan lágrimas. Mix de influencias: revistas de adolescentes, Polanski o Pasolini, lo conceptual del arte de vanguardia norteamericana... Entre niña y mujer, entre inocente y perversa, entre amiga del alma y "amienemiga", entre limpio y recargado, entre retro y moderno. Al filo de lo kitsch, sin caer jamás. Equilibrio perfecto. Entre dulce y amarga. Entre fresas y regaliz.

Siglo Cero se inspira en el Camelot medieval de Lady Ginebra. Capuchas, capas y vestidos medievales. Punto segunda piel, napa, tattomania, mangas abullonadas. Rosa, negro y cremas. Grandes verticales en las siluetas en contraste con los volúmenes. Muselinas fútiles frente a vestidos largos de princesa rematados con cadenas. Corsés y cuadrícula efecto barrotes de torreón.

Lo de Bibian Blue son los corsés (¿recuerdan a Maya Hansen?). Los corsés de María Antonieta, los de la señorita Escarlata, los de las reinas del burlesque, los del bondage. Su primera colección en VFW predica que más es más. El corpiño estrangulando la cintura y, flotando a su alrededor, tules de bailarina, plumas de pavo real, cristales de lámpara de poderío, flecos de cortina de hotel con solera... encaje, gasas, estampados vintage que evocan vidrieras Art Noveau y dibujan alas de mariposa o libélula. Azules, violetas fuertes, nudes y beige. Teatralidad.

Es posible que a Jaime Piquer le obsesione la geometría, el juego de planos, las formas que nacen del cruce de líneas. En Equis (con su puntito de misterio) crea vestidos o conjuntos de chaquetas Cocoon (que llegan hasta la circunferencia completa) tricolores o cuatricolores. Blanco, azul, azul oscuro casi negro, negro. Colores que progresan a morados, malvas, verde mar. Y luego a naranjas y rojos, amarillos y lima. Líneas rectas 2D y volúmenes 3D a golpe de patronaje. "Desnudemos a la naturaleza de todas sus formas y solo quedará el estilo" (Theo van Doesburg). Alex Vidal jr. sigue el consejo: ejercicio de síntesis. Desde el geometrismo, la línea, la simetría asimétrica y el color. A cuadros. Faldas cortas, pitillos, ultrapitillos, incluso leggings. Mujeres sexys e intelectuales. Ruptura confesa. Hacia una colección "muy cañera" (Álex junior dixit).