Ha sido la primera mujer gaitera que publica un disco, ¿eso marca?

En mi forma de trabajar no, pero marcó el inicio de mi carrera. Cuando empecé en solitario estábamos en el boom de la música celta y, como todo en márketing, se explotó mucho la frase de "la primera mujer gaitera". Han pasado doce años y el hecho de ser mujer ya no es noticia, lo que marca es el trabajo constante y abrir camino con un instrumento que antes no tenía recorrido. Ése es mi orgullo: haber creado, con todos los gaiteiros y gaiteiras, un campo para la gaita dentro de la música de vanguardia y la música multidisciplinar. Estar hoy con The World Orchestra, hacer una gira por Asia, seguir enseñando y seguir demostrando que es un instrumento que puede estar más allá de la música tradicional.

¿Cómo se mete a tocar este instrumento, que habitualmente lo hemos visto en manos masculinas?

Llevo tocando la gaita desde que soy una niña, pero vengo de formación clásica, no había conservatorios entonces. Hice una carrera paralela como pianista y eso es lo que dio la versatilidad para estar con la World Orchestra. Estamos todos conectados.

Hacen falta pulmones para lo suyo, ¿no fumará, no?

(Ríe) Sí, pulmones y energías. No fumo, no bebo y me cuido mucho. De todas formas, el piano y la gaita son dos cosas que se complementan. La gaita me dio la libertad de la música popular y el piano la técnica, porque al final te dedicas a interpretar a los clásicos . En la gaita debes crear los sonidos, mientras que el piano es polifónico.

La gaita es más limitada entonces...

La diferencia es que con el piano puedes tocar una melodía, acordes... Las limitaciones naturales de la gaita, hacer sólo una escala, la hacen muy rica. Es lo que hace que puedas llegar a conectar con el público, estés en Altea, Abu Dabi o en cualquier otra parte. Ocurre con todos los instrumentos que nacen del pueblo, con independencia de dónde estés.

La BBC le llama la "diva" de la gaita gallega ¿Conforme con la definición o es muy joven para ser diva?

Bueno, creo que la palabra "diva" es independiente de la edad, pero no creo que sea una diva. Los que elegimos el camino de seguir la gaita disfrutamos mucho del escenario, ahí reside la fuerza de la música. Puede que "diva" se refiera a ese momento.

Se conocen nombres como Hevia o Carlos Núñez pero sigue sin haber muchas mujeres tocando la gaita.

Intenta nombrar un tercer gaiteiro... (ríe). Nos mantenemos pocos, pero los hay fabulosos, gente que está haciendo cosas increíbles con el jazz y otras músicas. Estamos los que trascendimos en su día, pero es difícil que se conozca la gaita fuera de su contexto de música popular, de un festival de músicas del mundo. Por eso es un récord y es tan valiente el trabajo de Josep Vicent (director de The World Orchestra) al incorporarla en un contexto de música clásica, minimalista y de vanguardia.

Tampoco se toca mucho este instrumento fuera de Galicia...

La gaita gallega fuera de Galicia no, pero hay gaitas en Pakistán, Suecia, Bulgaria... Es de los instrumentos más antiguos que hay. Los romanos la tocaban, había gaitas dibujadas en la puertas de Babilonia... Fue la conexión musical para muchas civilizaciones.

La diferencias entre las gaitas de cada lugar son culturales. Todas nacen del pueblo, de la tradición pastoril y se relacionan con una parte concreta de la sociedad durante siglos. La diferencia está en la escocesa, porque se convirtió en un instrumento militar. Tuvo más proyección y fue más popular. Entre ellas sólo cambia la afinación, la potencia... Las hay con más fondo o más de salón, como las mussette francesas, muy suaves y barrocas.

Le habrán llamado de mil formas ¿Le molesta la palabra "soplagaitas"?

Hace doce años que fui "la primer mujer gaitera..." etcétera, así que imagina la cantidad de bromas que me han podido hacer (ríe). La verdad es que me encanta decir que soy gaitera y ver la reacción de la gente. Es como decir que te dedicas a algo que para la mayoría de la gente ni existe. También se trata de que un público no acostumbrado a la gaita pueda apreciarla de manera bella. Se nos olvida, y el talento está en convencerles de ello, que es un instrumento salvaje.