Bob Dylan, que hoy cumple 70 años, pensó en el suicidio y estuvo enganchado a la heroína en su momento de máximo éxito, en la década de los sesenta, según una entrevista cuya grabación acaba de dar a conocer el amigo y biógrafo del cantante Robert Shelton. "Dejé el consumo de heroína en Nueva York. Estuve muy, muy colgado durante una temporada, realmente muy enganchado y dejé el vicio. Tenía vicio, tenía un vicio de 25 dólares al día y lo dejé", afirmó en una entrevista grabada en un avión en 1966. Fue el año en que Dylan había causado una gran controversia, al dejar sus raíces folk para apostar por la música rock, en una gira por Europa en la que estuvo acompañado por un grupo de rockeros que luego se convertirían en The Band.

Su concierto en Manchester quedó para la posteridad después de que un miembro de la audiencia increpara a Dylan al grito de Judas, por dejar atrás su trayectoria de música acústica folk. Shelton explicó ayer a la BBC que tiene la intención de incluir ésta y otras grabaciones inéditas de conversaciones con Dylan en una nueva edición de su libro No direction home. El biógrafo autorizó la difusión de parte de esas grabaciones, como la referente al suicidio, en la que se escucha a Dylan decir: "para mí la muerte no es nada. Podría haberlo hecho fácilmente". "Soy el tipo de persona que se suicidaría. Me pegaría un tiro en el cerebro. Si las cosas fueran mal, saltaría por la ventana", dice.

Sobre sus canciones, afirma que se las toma "con menos seriedad que otra persona, sé que no me van a acercar ni un paso al cielo, que no me van a sacar de la ardiente caldera. Ciertamente no van a alargarme la vida y no van a hacerme feliz".