El Aula CAM de Alicante llenó ayer su aforo con motivo de la clase magistral de danza de más de dos horas y media que impartió José Carlos Martínez a dieciséis alumnos procedentes de escuelas y conservatorios de toda España. El murciano, bailarín estrella de la Ópera de París, ocupará el cargo de director de la Compañía Nacional de Danza (CND) desde el próximo mes de septiembre. La lección formativa se repetirá hoy, a partir del mediodía, en el mismo escenario.

"Ocupar la dirección de la CND va a ser todo un reto", asegura Martínez, quien añade que llega al cargo "sin la intención de hacer un cambio en profundidad, sino con el ánimo de liderar el proceso de evolución que necesita la entidad. No se trata de tirar por la borda el trabajo de Nacho Duato. Lo que hay que hacer es abrir el repertorio a otros estilos: baile contemporáneo y neoclásico. En una compañía actual se deben bailar todos los estilos. Tenemos que ver hasta dónde podemos llegar, siendo conscientes de las dificultades que conlleva el proyecto".

Sobre el ciclo que le ha traído a Alicante este fin de semana, el bailarín afirma que "las iniciativas de este tipo son un soplo de aire fresco para los alumnos y una fuente de motivación. El consejo que les puedo dar a los chicos es que sigan trabajando en busca de una evolución personal. A mí también me resultan útiles estas clases. Puedo ver el nivel de la gente que llega nueva a este mundo y compartir con ellos lo que he aprendido en el extranjero. Tengo muchas ganas de enseñar a los jóvenes".

Martínez cree que el hecho de que la mayoría de bailarines españoles tengan que labrarse se futuro fuera del país se debe a que "la situación en España no ha evolucionado a lo largo de los últimos 10 años. Por eso se produce la diáspora actual. Hay españoles en los mejores ballets del mundo, pero aquí no existen suficientes puestos de trabajo. Y eso que la afición por la danza es muy grande. En Alemania, por ejemplo, cada gran ciudad cuenta con su propia compañía".

El murciano opina que "a nivel internacional, la reputación de España es muy buena. La CND representa un sello de calidad. Es algo que compruebo cuando hablo con coreógrafos extranjeros. Conocen a nuestros bailarines y siempre se muestran predispuestos a actuar aquí. Esto se debe a que la última etapa de la compañía ha sido productiva. Por eso no quiero romper con el pasado. Debe servirnos como base".

Sobre la polémica que acompañó a la salida de su predecesor, Nacho Duato, Martínez asegura "no estar al tanto de todos los detalles, al haber vivido el caso desde la distancia. Entiendo que dijera que no podía hacer clásico. Él es un coreógrafo y tiene una forma muy personal de ver el trabajo. El problema ha sido que cada una de las partes tenía una forma diferente de ver la dirección de la CND. Se ha querido cambiar el sistema y él no quería seguir con las nuevas condiciones".

Consciente de la envergadura que tiene la empresa que comenzará a partir de septiembre, el bailarín murciano declara que no tiene miedo. "No es la palabra más precisa para describir lo que siento en estos momentos. Estamos hablando de algo grande, pero vengo con mucha confianza. Sé que hay mucho trabajo por hacer. Lo bueno es que también sé por donde quiero ir. La única duda que tengo es sobre el ritmo con el que se podrán hacer los cambios. Tengo la responsabilidad de dirigir la evolución de la CND. Representamos ante el público español todo un tipo de obras. A mí me gusta mucho trabajar y estudiar este arte. Así que lo tengo claro, no es miedo lo que siento, no", insiste el bailarín murciano, quien presentó un proyecto ante el Ministerio de Cultura para acceder el cargo. "Más que de cambiar, hablaba de modificar el sistema", concluye Martínez.