Excavar en Pompeya no está al alcance de todos los arqueólogos. Pero sí del profesor José Uroz y de su equipo, que acaban de regresar el pasado día 4 de su campaña anual en este yacimiento. La ciudad ocupa 64 hectáreas, rodeada por una muralla de 3,5 kilómetros de longitud, y está dividida en nueve regiones y cada una de ellas en ínsulas. Todo este mapa mental lo explica este investigador para dibujar cuál es su área de actuación a lo largo de este tiempo: Región VII, ínsula III. "En el centro de la ciudad, un lugar estratégico y muy destacado".

Sin un mapa delante, resulta difícil situar esta joya arqueológica que data del siglo VII antes de Cristo y que pisan cada día entre 8.000 y 10.000 personas. Además, acaba de ser noticia por el derrumbe de la llamada Casa de los Gladiadores, lo que lleva a plantear la necesidad de aumentar la protección. Todo ello teniendo en cuenta que aún faltan por excavar las 2/5 partes del terreno.

Pese a la extensión, Uroz asegura que "era una ciudad de provincias, pequeña comparada con otras cercanas", lo que ocurre es que es la mejor conservada del mundo gracias a la erupción del Vesubio en agosto del año 79 de nuestra era, sepultando a 25.000 personas. "Entonces fue una tragedia, pero eso ha permitido que la ciudad se conservase tal como estaba un día cualquiera".

Es precisamente en este punto en el que la aportación del trabajo del investigador ha sido crucial. "Hasta hace 8 o 10 años lo que se conocía era cómo era la vida en ese momento, pero la ciudad tenía entonces más de siete siglos de historia, primero fue etrusca, luego griega, luego samnita y luego romana. De eso no se conocía nada".

Justo en la ínsula donde Uroz y su equipo trabajan, y donde recibieron el mes pasado la visita del rector de la UA, Ignacio Jiménez Raneda, y de la vicerrectora de Relaciones Institucionales, Aránzazu Calzada, descubrieron muros de casas de la primera etapa de la ciudad, de la época etrusca, "construidas en pappamonte, un material poroso volcánico, y hemos descubierto también material etrusco". De esta manera, se rompe la teoría que hasta ahora establecía que la ciudad original estaba en la zona del foro y que en diferentes etapas fue creciendo. "Hemos desmontado esa teoría y ahora sabemos que la ciudad se extendió por todo el recinto amurallado desde el momento de su fundación".

También han encontrado restos de la primitiva calzada y material etrusco, como vasos y utensilios de cocina, además de más de 350 monedas y medio centenar de ánforas. Lo importante además es que en esa zona "hemos descubierto restos de la fase final de la ciudad, ya que ha aparecido un taller donde estaban restaurando una casa y está conservado tal como estaba el día de la erupción". Lo interesante de este hallazgo es que encontraron un depósito de cal que todavía estaba vía. "Es una de las cosas más impresionantes que he visto, al cubrirse de ceniza impidió que se secara".

Además, Uroz y su equipo trabajan en una zona de la muralla, donde han destapado las tres fases de poblamiento de la ciudad.

Lo curioso de este trabajo es que cuando finaliza la excavación se sacan los objetos, se documenta y el lugar se vuelve a tapar para protegerlo. "Los materiales van a parar a la Dirección General de Patrimonio de Pompeya para exponerlo, si así lo consideran. Además tenemos que hacer un informe para el Ministerio de Cultura español, que es quién financia la campaña junto con la UA".