Poner macetas en andamios, reinventar el parral tradicional o diseñar paredes tapizadas de plantas son algunas de las posibilidades que permiten los jardines verticales o en altura, una herramienta que se utiliza cada vez con más frecuencia en nuevas edificaciones y proyectos urbanísticos. El tiempo determinará si se queda en moda pasajera o si se consolida como opción arquitectónica sostenible pero, por lo pronto, en dos de los principales proyectos culturales que se están ejecutando en Alicante -el Auditorio y Las Cigarreras- se emplearán elementos vegetales para cubrir paredes.

El grupo de arquitectos Barbarela Studio, formado por Juan Carlos Castro y Nathalie Gidrón y encargado del jardín vertical en la antigua Fábrica de Tabacos, ha apostado por un jardín en altura diferente, con plantas de distintas especies en grandes contenedores de plástico y ubicadas en varios niveles. El grupo ha "repensado" el concepto de jardín vertical, meramente ornamental, y lo ha convertido en "un espacio público y transitable en altura donde el ciudadano pueda disfrutar de un recorrido ajardinado", apunta Gidrón.

La arquitecta añade que este tipo de propuestas son "una herramienta más que hemos incorporado a nuestro trabajo en paisaje urbano" y no cree que se trate de una moda.

"Nosotros pensamos que la sostenibilidad y la incorporación de vegetación como material en arquitectura responde a las nuevas necesidades de diseño responsable que poco a poco los arquitectos van adaptando a su agenda de trabajo", indican desde Barbarela Studio -que ha diseñado otra propuesta parecida en dos medianeras por encargo del Ayuntamiento de Sant Joan, con plantas sobre andamios- tras considerar que "es una corriente que surge como necesidad ante una demanda social consecuencia de la transformación medioambiental del planeta".

Respecto a si los jardines verticales surgen como respuesta a los excesos del ladrillo o si son una tendencia pasajera, Marta García Chico, del grupo Aranea, cree que "ahora mismo es una moda, que pasará y se quedará lo que no sea oportunismo, porque ahora hay muchos que se apuntan a esto". Ella, ingeniera agrícola paisajista, y el arquitecto Francisco Leiva dicen llevar "doce años introduciendo elementos vegetales en los proyectos, porque el ser humano necesita naturaleza en unas ciudades cada vez más deshumanizadas" y añaden que "hemos perdido muchos proyectos por meter vegetación en ellos" antes de que el jardín vertical fuera una novedad". Aranea ha diseñado uno de estos jardines para el proyecto de Observatorio de Medio ambiente de Alicante, con las cubiertas también vegetales, y en un edificio de diez plantas de viviendas sociales de Alicante, pendiente de ejecución, con plantas que cuelgan y trepan y huertos en altura vinculados a las viviendas. "Aquí se trata de recuperar el parral de toda la vida", apunta Leiva, y García Chico apunta las ventajas medioambientales de las paredes verdes: "Reducen el efecto del calor, absorben el polvo y la polución, tamizan la contaminación, son bombas de oxígeno y sumideros de CO2".

Estas propiedades también las recita Ignacio Solano, gerente de la empresa Paisajismo Urbano, responsable del primer jardín vertical interior, según señala, instalado en el restaurante Els Vents de Alicante. Con varios proyectos en marcha en Valencia, Alicante, Elche o Ibiza, esta empresa realiza jardines verticales similares al de Caixa Forum de Patrick Blanc, pero con otro sistema de anclaje que no va pegado a la pared sino que se monta sobre una pared de plástico a 2 cm de ella -por lo que no hay humedad-, y que utiliza un sistema de cultivo sin tierra con riego constante a través de un sistema de recirculación del agua.

Además del beneficio ambiental, "añades un componente artístico al edificio, que tiene un elemento diferenciador", indica Solano, que considera estos diseños un ejemplo de construcción sostenible que cada vez emplean más los arquitectos. Sobre si es un foco de atracción de insectos, el responsable añade que se puede añadir un repelente biológico, por lo que únicamente se acercan a las plantas mariposas o abejas. "Ahora es la novedad, puede que se haga mal y fracase o que prospere y se llene todo de jardines verticales", apunta el gerente de esta empresa, que cada vez tiene más demandas de estas características.

Otros ejemplos se encuentran en San Vicente del Raspeig, donde el Ayuntamiento ha instalado un jardín vertical en una medianera, que asegura es el más alto de España, ya que alcanza una altura de seis pisos. También el futuro Auditorio de Alicante, diseñado por Juan Antonio García Solera, prevé contar con un jardín vertical interior de más de 100 metros cuadrados.