Era julio de 1937 cuando Gerda Taro pasó a ser considerada "mártir antifascista" por el Partido Comunista Francés (PCF), tras encontrar la muerte en Brunete (Madrid), a los 26 años, bajo las cadenas de un tanque republicano que aplastó literalmente la mitad de su cuerpo.

Un final épico para la primera fotoperiodista que falleció en un conflicto y que, en realidad, pasó a la Historia de la Fotografía por ser la pareja personal y profesional de Robert Capa, el fotógrafo de la mítica instantánea del miliciano en la Guerra Civil española y cofundador de la agencia francesa Magnum.

Pero el tiempo pone a cada uno en su lugar. Cuando se cumple el centenario de su natalicio, 1 de agosto de 1910, su valía se empieza a respetar independientemente de Robert Capa, ante todo por las tesis de dos investigadores -Irme Shaber y François Maspero- y la labor del Internacional Center of Photography (ICP) de Nueva York.

La dificultad para estudiar el legado de Gerda Taro estriba en que su carrera fotográfica es breve, y que en una gran parte de su trayectoria trabajó en colaboración con Robert Capa. El Círculo de Bellas Artes de Madrid alberga ahora una muestra monográfica suya hasta el próximo septiembre.