Por noveno año consecutivo, 2010 se perfila como un ejercicio con números rojos en el balance de la industria discográfica española, después de que se haya confirmado que las ventas cayeron durante el primer semestre un 12,3 por ciento respecto al mismo período del año pasado, hasta alcanzar un total de sólo 77 millones de euros. El mercado digital legal mantiene su tímida línea ascendente, sobre todo gracias a los nuevos modelos de negocio basados en la publicidad y la suscripción, informa Promusicae.

Los españoles gastaron en 2008 un total de 126,5 millones de euros en música grabada durante la primera mitad de aquel ejercicio, mientras que este baremo rondaba los 250 millones a principios de década. Ahora, los Productores de Música de España denuncian que esos 76,97 millones de euros entre el 1 de enero y el 30 de junio de 2010 constituyen un "mínimo histórico".

Los casi 77 millones de euros de ventas durante estos seis meses se desglosan así: 57,1 millones para el mercado físico y 19,85 en ventas digitales (portales online y telefonía móvil). Esto constata que el mercado digital sigue creciendo y representa ya el 25,8 por ciento de la música vendida en España.

Para Promusicae, el "ascenso de los nuevos modelos de negocio no es suficiente para enjugar el descalabro de los formatos físicos". En el primer semestre de 2009 se habían vendido cedés y otros soportes físicos por valor de 72,4 millones de euros, por lo que la caída de ventas en este ámbito supera los 21 puntos porcentuales. Las descargas digitales legales han pasado, en cambio, de 15,3 a 19,8 millones de euros, un 29,5 por ciento más.

A juicio del presidente de Promusicae, Antonio Guisasola, estos datos confirman que hacen falta "medidas no ya urgentes sino inmediatas que acaben con el permanente expolio" del trabajo realizado en el sector.

"Es incomprensible que un contexto de crisis y destrucción de empleo como el actual, la única solución que se contemple para un problema que lleva años enquistándose y destruyendo riqueza y puestos de trabajo sea un proyecto de ley, la tan traída Ley de Economía Sostenible, que está varada en el Parlamento", ha planteado Guisasola.

En su opinión, "sin ley ni concierto frente a las descargas ilegales, los contenidos siguen circulando por la red sin ningún tipo de protección y nadie puede actuar contra las miles de páginas web que ofrecen, impunemente y a diario, miles de obras protegidas".