Diez años después del estreno de la película La Playa, protagonizada por Leonardo di Caprio, ese paraje ha sido visitado por tal aluvión de turistas que aunque continúa siendo paradisíaca, ha perdido el encanto de lo inaccesible y salvaje. El lugar, antaño remoto y cuya presencia era casi un secreto local, recibe ahora cada día a cientos de bañistas atraídos por la arena blanca y aguas cristalinas de la cala en la que se bañaba un joven y bronceado Di Caprio.

Han sido tantos los visitantes en la última década que el paraje se ha convertido en un reclamo más de Ko Phi Phi, un pequeño archipiélago situado entre la provincia de Krabi y la isla de Phuket, al sur de Tailandia. Maya Beach, el nombre oficial de La Playa, cuenta ya con espacios reservados para cámping, baños públicos, un camino señalizado, rutas de evacuación en caso de tsunami, cubos de plástico para tirar basura e incluso un bar que sirve a los turistas cerveza fresca para contemplar el atardecer.

Durante la estación lluviosa, los barcos de pasajeros no pueden anclar frente a la cala y los bañistas pueden revivir parte de la película caminando sobre rocas y sujetándose con cuerdas hasta que se entra a la jungla a través de una grieta en la pared de arenisca que rodea como un muro casi toda la isla. La operación no es necesaria en la temporada alta de turismo, cuando el mar está en calma y la bahía tan llena de embarcaciones cargadas de personas que sufre auténticos atascos por el trasiego en las horas punta.

"Antes de La Playa, la gente venía a Phi Phi por su belleza, ahora todos nos visitan por la película", explica Aegatat Naweewong, guía de la agencia de viajes local Sunset Trip, que ofrece salidas de medio día con actividades de canoa y snorkel por 450 bat (unos 11 dólares).

Lejos quedan los tiempos de cuando ecologistas, jueces, políticos y vecinos de la isla llevaron ante la Justicia a 20th Century Fox por alterar el paisaje original de la cala para ampliar la playa.