La Agencia Espacial Europea (ESA) inauguró ayer en Valencia las nuevas instalaciones del Laboratorio de Alta Potencia en Radiofrecuencia, que investiga la incidencia de este sistema de transmisión sobre los componentes de los satélites para poder garantizar su funcionamiento.

La apertura oficial de este laboratorio, traslado desde Holanda hasta Valencia, fue presidida por el director del Centro Europeo de Investigación y Tecnología Espacial (ESTEC), Michel Courtois, quien aseguró que las primeras pruebas comenzarán en julio. También asistieron el president de la Generalitat, Francisco Camps, la alcaldes Rita Barberá, y los rectores de la Universitat de València, Esteban Morcillo, y de la Politécnica, Juan Julia; administraciones e instituciones que componen el Consorcio Espacial Valenciano.

El Laboratorio, ubicado en la Ciudad Politécnica de la Investigación, está equipado con cinco cámaras de vacío térmico y equipos de radiofrecuencia de hasta 30 gigahercios para emular las condiciones que soportan los satélites en órbita equipados con sistemas de transmisión en alta definición.

Los componentes de los satélites se introducen en las cámaras de vacío y ahí se les aplica una señal amplificada de alta frecuencia para medir así su resistencia.

Según fuentes de este centro, la investigación científica de la Tierra y el desarrollo de las telecomunicaciones requieren cada vez más potencia, por lo que es necesario someter los componentes de los satélites a proceso de "calificación". Los fenómenos asociados a la radiofrecuencia de alta potencia pueden limitar, e incluso dañar permanentemente, los sistemas de transmisión de datos, lo que requiere investigar la exposición prolongada de los componentes de los satélites a los mismos.

El Laboratorio, que cuenta con una aportación pública de 15 millones para los próximos cinco años, realizará un "número limitado" de ensayos para la industria de este sector, aunque sus operaciones "estarán siempre supeditadas a las prioridades" de la red de laboratorios de la ESA, centradas en sus propios proyectos.

Estará gestionado por la Agencia Espacial Europea y por el Consorcio Espacial Valenciano, y tendrá una plantilla formado por el director, David Raboso, y por un equipo "básico" de técnicos apoyado por estudiantes de doctorado y becarios. Su inauguración culmina el traslado iniciado hace tres meses, después de que Valencia fuera escogida, según la ESA, por "su equipo de reconocidos expertos y por la mejor infraestructura", que "garantiza la independencia requerida" a sus laboratorios. Camps aseguró que este laboratorio generará "800 puestos de trabajo y una veintena de empresas de base tecnológica".