Desde el convencimiento de que no todos los hombres son iguales, de que han perdido el miedo a cuidarse y de que "la imagen personal es más que una cuestión de estética, una nueva forma de comunicación no verbal y una herramienta muy poderosa" para el éxito, nació Y yo ¿qué me pongo? (editorial Cúpula). En realidad, vio la luz después de ¿Qué me pongo?, una entrega anterior para mujeres. Muchos varones se aplicaron las claves para combinar colores, por ejemplo, pero buscaban más respuestas. Pequeños detalles como evitar ir vestido de los pies de la cabeza de una misma marca (a no ser que se trabaje para ella, claro), jamás abrochar el último botón de la americana, nunca usar imitaciones o huir de la corbata con camisa de manga corta.

Un buen fondo de armario masculino se rige incluso por reglas matemáticas. La de horas semanales de trabajo divididas por dos igual a prendas mínimas que deben tenerse cada temporada para la vida laboral. Y un ejemplo: si la jornada es de cuarenta horas semanales serían necesarias veinte prendas como mínimo (complementos, hogar y ocio aparte). ¿Y cuáles son estas prendas según las especialistas? Para indumentaria formal, una gabardina, un abrigo, dos trajes intemporales, dos americanas, seis camisas lisas, otras tantas a rayas, dos jerséis, un par de pantalones, dos cinturones y dos pares de zapatos. Para un estilo informal, una parka, una cazadora, dos americanas o chaquetas, una chaqueta de punto, una sudadera o jersey, cuatro camisas lisas, cuatro estampadas, cuatro camisetas, igual de pantalones, un cinturón, un par de zapatos y un par de deportivas.

El secreto de un buen traje

Un clásico del armario masculino es, desde luego, el traje. En la guía se desmenuzan sus características. A modo de resumen, el "traje 10" estándar pasaría por una chaqueta que ajuste en los hombros (ni ancha ni estrecha) y tape el bolsillo del pantalón, el nudo de la corbata en armonía con el tipo de cuello de la camisa, cuyo puño tiene que caer por encima de la muñeca y sobresalir según altura (un centímetro para 1,70, dos centímetros para 1,90, etc) y un pantalón que llegue a la mitad del tacón del zapato.

Luego están las tendencias de moda, el gusto personal, el cómo, cuándo y dónde, y las características físicas de cada cual (la norma número uno de la guía es conoce tu cuerpo).

La corbata -con sus partidadarios y sus detractores- esconde todo un mundo propio. Montse y Elisabet recuerdan la "tabla" de tipos y las "chuletas" para hacerlo cada mañana sin hacerse un lío. Hay nudos simples y nudos dobles; el nudo Windsor y el medio Windsor. Ojo: los dos últimos aportan volumen. En cualquier caso, deben estar en consonancia con los cuellos de la camisa. Y un defecto imperdonable: la parte de abajo nunca -nunca- debe sobresalir bajo la de arriba.

También existen "familias" de camisa en función del tipo de cuello: cuello inglés (clásico, puntas largas); cuello italiano (más corto y ancho) o con botones.

En una entrevista de trabajo

En Y yo ¿qué me pongo? un capítulo está dedicado a cómo vestir (incluso cómo peinarse o cómo perfumarse) para acudir a una entrevista de trabajo. ¿Hay que ir formal? ¿con corbata? ¿es tolerable optar por los tejanos? La respuesta -una de ellas- es "depende". Hay que tener en cuenta el tipo de empresa, la personalidad de cada uno, etc. aunque las estilistas sostienen que hay unas normas básicas. Sólo una como pincelada: no estrenar traje o zapatos ese día. Otro capítulo está reservado a la indumentaria y el aspecto en una cita.O a una fiesta o ceremonia. Incluso qué se necesita cuando llueve.

Según Montse Guals y Elisabet Olivé el decálogo para vestir a un hombre es: qué prendas le favorecen más, qué colores le sientan mejor, qué se quiere transmitir, hay que conocer el cuerpo, conocer el rostro, saber sacarse partido, decidir si uno quiere ser visible o invisible, elegir una buena fragancia, encontrar el estilo, crear y mantener un fondo de armario. En ese momento, aseguran, un hombre está preparado para convertirse en su propio "personal shopper". Mientras tanto, mejor dejarse aconsejar.