El escritor portugués y Premio Nobel de Literatura José Saramago, creador de una narrativa desgarrada y reflexiva y referente de una moral de compromiso, falleció ayer en su casa de Lanzarote a los 87 años de edad, a causa de una leucemia crónica. La muerte se produjo pasadas las 13.00 horas (hora peninsular), cuando el escritor se encontraba en su residencia canaria, acompañado por su mujer y traductora, Pilar del Río.

José Saramago, nacido el 16 de noviembre de 1922 en la aldea portuguesa de Azinhaga, había pasado una noche tranquila. Tras haber desayunado con normalidad y haber mantenido una conversación con su esposa, la periodista y traductora Pilar del Río, comenzó a sentirse mal y al poco tiempo falleció. Poco después, su página web informaba de que el escritor había tenido una muerte "serena y plácida".

Los restos mortales del premio Nobel portugués José Saramago serán incinerados mañana en el cementerio lisboeta de Alto de Sao Joao. El cuerpo del escritor llegará hoy después del mediodía en un avión del Estado portugués a Lisboa y será expuesto en el Salón de Honor del Ayuntamiento de la capital lusa hasta el mediodía del domingo, cuando saldrá hacia el cementerio Alto de Sao Joao.

Una parte de sus cenizas se depositarán en su pueblo natal, Azinhaga, y otra parte se enterrará junto a un olivo de su casa de Lanzarote, informaron a Efe fuentes familiares.

Fuentes de la fundación precisaron ayer que los restos del literato se encontraban en la Biblioteca José Saramago, en Lanzarote. El cadáver del escritor, vestido con un traje oscuro y con gafas, se encontraba en un ataúd abierto con cuatro velas a su alrededor, en la biblioteca que hizo de capilla ardiente, presidida por un cuadro en el que se ve a Saramago con su mujer.

Las primeras flores depositadas sobre el ataúd de José Saramago han sido unas rosas rojas colocadas por representantes de la Asociación para la Defensa de la Mujer Mararía de Lanzarote, colectivo al que pertenece su esposa. Un hecho simbólico del compromiso de este escritor que puso a Portugal en la nómina de los Premios Nobel.

El corazón de este escritor y humanista estaba dividido por las dos culturas, la española y la portuguesa. El Gobierno luso decretó ayer dos días de luto oficial.

Una vida por las letras

José de Souda, que a los dos años se trasladó a vivir a Lisboa, era conocido por el apodo de su familia paterna, Saramago, que el funcionario del Registro Civil añadió tras su nacimiento. Antes de dedicarse de lleno a la literatura, Saramago ejerció como cerrajero, mecánico, editor y periodista, pero fue en 1947 cuando hizo realidad su mayor ilusión, la de ser escritor, publicando la novela Tierra de pecado. Afiliado al Partido Comunista Portugués desde 1969, entre 1966 y 1975, y tras un largo silencio, publicó los poemarios Poemas posibles, Probablemente alegría y El año de 1993. Tras varias novelas y textos teatrales, en 1982 le llegó la popularidad internacional con Memorial del convento, un prestigio que consolidó con títulos como La balsa de piedra (1986), la pieza teatral La segunda vida de Francisco de Asís (1987), Historia del Cerco de Lisboa (1989) y El Evangelio según Jesucristo (1991).

Desde 1993 trasladó su residencia a la isla canaria de Lanzarote y, tras publicar su cuarta obra de teatro, In nomine Dei, entró a formar parte del Parlamento Internacional de Escritores. Ganador del Premio Camoens en 1995, ese mismo año inició la trilogía formada por Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y Ensayo sobre la lucidez. Saramago hace tiempo que se convirtió en referencia imprescindible de la narrativa europea, y así lo reconoció la Academia Sueca cuando le otorgó el Nobel en 1998 por haber creado una obra en la que "mediante parábolas sustentadas con imaginación, compasión e ironía, nos permite continuamente captar una realidad fugitiva".

En 2008 comenzó a publicar su blog, El cuaderno, y el año pasado presentó su última novela, Caín. Saramago en sus palabras es el título del último libro al que el escritor había dado el visto bueno y que reúne sus ideas, pensamientos y opiniones en conferencias,, entrevistas y artículos. Tras conocerse la noticia de su muerte, el mundo de la cultura, la política y la sociedad de España, Portugal y de todo el mundo han mostrado su tristeza y consternación.