Amable, educado, culto y, sin embargo, cercano. A veces no es tan normal. Es el responsable de supervisar lo más añejo del bien cultural por excelencia: la lengua. Se dedica a la salvaguarda de la calidad de la narración, con seriedad y sin cortapisas. Y con la humildad de quien no necesita títulos y medallas para ser quien es. La virtual Miguel de Cervantes exige, a través de sus expertos, calidad. Como no podía ser de otra manera.

¿Qué papel juega la "virtual" en plena crisis?

La cultura no entra en crisis, afortunadamente. Hemos recorrido un camino en el que el mundo de la cultura marca sus pautas. Se puede decir que la crisis la estamos bordeando. Me atrevería a manifestar que no hay crisis de humanidades. No negaremos, porque sería absurdo, que los patronos van a ser más exigentes a la hora de dar dinero. Y no tenemos que olvidar que se trata de una biblioteca virtual que no cobra por sus servicios.

Patronos, dice...

Sí, la biblioteca está funcionando gracias a dos tipos de entidades, las financieras y las culturales.

Hay una buena nueva en cuanto a la expansión de la Biblioteca.

Sí. La semana pasada volvíamos de México con una acogida excepcional por parte de las letras mejicanas. Hay que señalar que hemos subido muchos peldaños en cuanto a contenido, teniendo en cuenta que México es un referente en el mundo hispano. Hemos dado un salto cuantitativo y cualitativo. Este pasado martes por la tarde presentábamos la fusión, con el beneplácito de, entre otras personalidades, el director de la Real Academia Mejicana y el ministro Gabilondo.

¿Y qué aporta el castellano de México a la biblioteca virtual?

Hemos recogido el canon literario de la cultura española y ahora cruzamos el charco. Este contrato por la libertad y la cultura nos permite participar de entidades importantes mexicanas, que ya estaban integradas, como la Real Academia y la Universidad de México. Incorporamos contenidos que ya estaban digitalizados, y nos convertimos en el escaparate de los mismos. De una nueva entidad cultural que quiere visibilidad. Digamos que hemos aprovechado recorridos paralelos.

¿Difícil tarea la de dirigir la "virtual"?

No es complicado, todo lo contrario, es muy fácil. Tenemos un buen equipo de profesionales, cada uno cumple con su cometido y todo funciona como un reloj. Yo velo por los contenidos. Pero en realidad, somos un grupo de profesionales, tanto en el campo de los contenidos como en el de la gestión, que trabajamos en equipo. En un ambiente distendido y con absoluta confianza.

¿Qué libro le ha marcado más este último año? ¿Y cuál es el género por el que se suele inclinar?

Bueno, soy catedrático de Literatura del XIX, así que no me andaré con chiquitas. Estoy releyendo La Regenta, un libro que Blasco Ibáñez repudió por su aroma romántico de juventud. Y estoy leyendo también a escritores mexicanos.

¿Leemos en Alicante?

Mis alumnos leen.

Me refiero a la cifra estimativa de lectores, según el número de consultas y descargas que baraja la biblioteca digital.

18 millones de visitas y 16 millones de paginas servidas en un mes.

Rotundo. ¿Cree que vienen pisando fuerte los escritores anónimos? Lo digo por los relatos que publican los amateur a través de su página.

Hay relatos de todo tipo.

¿Desaparecerán los clásicos? ¿Quedarán alguna vez relegados a un cotolengo de culturetas?

Tajantemente no. Aunque la calidad de la enseñanza es cada vez más baja, algo que se nota de año en año, Larra siempre será Larra. Los clásicos son como una costumbre centenaria.