Blo tiene tres amigos, Benjamín, Ruth y Miguelote, una novia, Bibi, y un disco favorito Downtown. Como Mafalda o Carlitos también protagoniza una tira cómica y al igual que ellos es un niño. Lo único que separa a Blo de la argentina y el yanki es que él tiene Síndrome de Down. Pero como canta Petula Clark en el vinilo que Blo siempre lleva a cuestas "en Downtown puedes encontrar a alguien como tú".

La normalidad y la integración social son señas de identidad de esta tira. Un proyecto que surgió hace un año de la unión del ilustrador Rodrigo García y el creativo publicitario Noël Lang. "Blo está tratado con humor y sin tabúes y tiene el mismo derecho a hacer reír que cualquier otro personaje", reivindican los padres de la criatura. Su fuente de inspiración se llama en realidad Pablo tiene 35 años y es tío de Lang: "Quien tiene un familiar con Síndrome de Down tiene anécdotas súper divertidas. Nuestra intención era contarlas desde su punto de vista, con una manera muy simple de ver las cosas".

Experiencias que estos dos alicantinos muestran a través de cinco niños que acuden a un colegio de educación especial y que viven entre los años 70 y 80, la misma época en la que el Blo de carne y hueso pasó su infancia -de ahí que el protagonista coleccione vinilos en lugar de discos compactos o que su amiga Ruth sueñe con el Danny de Grease-. Cinco personalidades en las que los autores reflejan "las diferentes tipologías del síndrome u otros trastornos o discapacidades". "No hay un solo tipo de Síndrome de Down, existe el nivel de Pablo Pineda (protagonista de la película Yo, también) que tiene una carrera universitaria hasta otros que son más introvertidos", explica Lang.

"Peanuts"

Desde Bibi la sensata, Ruth la coqueta, Miguelote el grandullón al que no le gusta el ejercicio hasta Benjamín, un pequeño tímido que padece tricotilomanía (se arranca el pelo cuando se pone nervioso). Unos "peanuts" -como se conoce a la pandilla de Carlitos- que comparten sus historias con el resto del mundo cada semana vía Facebook.

El perfil Downtowncomic en la red social de internet se abrió el pasado febrero para comprobar la aceptación de la gente. "Queríamos subirlo a Facebook y sorprendernos con la reacción de la gente", afirma el tándem de autores. Y realmente han quedado sorprendidos al contar con más de 1.500 seguidores pero, sobre todo, con la implicación de la gente. "Muchas madres de niños con Síndrome de Down han propuesto ayudarnos con sus anécdotas", cuenta García. De hecho, una de ellas, una boliviana que vive en el Congo, ha traducido las tiras al inglés y al francés. Una globalidad que ha permitido a Blo cruzar el charco. Desde este junio el grupo de amigos habla porteño y publican sus historias en la revista de la Asociación de Síndrome de Down Argentina (Asdra).

Una plataforma que estos jóvenes artistas desearían que algún día les transporte a las estanterías de una librería o como los personajes de Quino a las páginas de un diario.