Con Alicante moderno. 1900-1960, Juan Manuel Bonet abre hoy las puertas del Museo de Bellas Artes de Alicante (MUBAG) a una nueva etapa. Dice él, que un proyecto en el que el objetivo es reflexionar sobre la colección. Y de ella parte para esta muestra "coral", que estará abierta hasta el 26 de septiembre, en la que confluyen un grupo de amigos que se van enlazando: Varela, Baeza, Palencia, Azorín, Gil-Albert, Miró, Alberti, Guerrero, Lorca, Cernuda, Salinas...

¿A dónde pretende llegar con el MUBAG?

A mí se me pidió una reflexión sobre este museo y empecé a ver qué tenía. Vi que había mucha obra de este periodo y que tenía muchos paralelismos con literatura y arquitectura. Son varias generaciones que se van encadenando en las cuales constantemente está la reivindicación de lo nuevo, de una vanguardia no radical. Hay un diálogo con la España mejor de aquel tiempo. Vas viendo que era una ciudad y una povincia que estaba en el mapa de la modernidad. La siguiente será comisariada por Jaime Brihuega sobre Miguel Hernández y el gusto vallecano; después una sobre los años 50, encabezado por Juana Francés, Sempere y Arcadio Blasco, pero también de Oteiza, Saura, Tapies... Después Fernández Cid prepara una sobre la visión de los 80, que lo ha centrado en un homenaje a Sempere y su figura como referente moral, y luego Kevin Power reflexionará sobre el momento actual. Pero se irán intercalando otros proyectos.

¿Qué cree que necesitaba un museo como éste, al que se le ha criticado, sobre todo, no tener una línea expositiva coherente?

Yo lo que me planteo es dónde estamos. La colección permite pasar por diversos anillos, pero para mí el hilo conductor es la propia provincia. Mi intención es vertebrar la programación en torno a estas exposiciones y planteo ese marco de reflexión sobre la colección desde su condición de museo con historia.

Acaba de terminar una muestra de Varela en Alicante, que se queda sin dar el salto a Madrid.

¿No va a ir? Pues es una pena. Dos veces se me ha quedado a mí en el tintero. Cuando estaba en el IVAM y luego en el Reina Sofía. Pero está pendiente. Es una pena porque cuando hablas de Varela fuera no es un valor conocido. Yo le veo unas enormes posibilidades de ser consumido, entre comillas, fuera de aquí. Y esto vale para otros porque, en general, Alicante ha difundido muy bien sus valores literarios y musicales, pero la pintura se ha visto con un orden disperso.

MACA, Las Cigarreras, el Auditorio... Muchos contenedores y en el aire aún los contenidos.

Me han hablado muy bien del MACA gente que lo ha visto. Ojalá se encuentren los contenidos adecuados, pero en cualquier caso es de destacar para bien que coincidan estos proyectos aquí. Tenemos tendencia en España a pensar que se hacen demasiadas infraestructuras, pero hay que ver que venimos de una época en que no las había. Se trata de recuperar el tiempo perdido. Cuando uno va a Francia o Alemania es normal que haya una concentración de museos en las ciudades. Es positivo que se hagan, por supuesto luego habrá que ver si son adecuados y los medios. Pero a mí me alegra estar colaborando en una ciudad, en una provincia, donde se apuesta por las infraestucturas culturales, donde esto se mueve. Y el MARQ es un gran ejemplo. Entre todos, Alicante se va a ir colocando más en el mapa.

¿Considera que el arte se apoya lo suficiente desde las instituciones públicas?

Es otra queja generalizada. Pero yo creo que en la España de la democracia, y es algo que no tiene nada que ver con los colores políticos, ha habido un esfuerzo colectivo del Estado y luego de las autonomías y de las ciudades para promover el arte. En los años 60 era enormemente difícil ver arte contemporáneo y estudiarlo. Este país ha hecho un esfuerzo general de modernización de infraestructuras, con todos los defectos que pueden tener.

¿Qué le gustaría que se dijera del MUBAG dentro de un año?

Espero que se diga que el menú propuesto es variado, que no es aburrido, y que invita a pensar y a investigar. Creo que esta exposición, en este sentido, va a ser a un buen test.