El equipo de científicos estadounidenses liderados por el padre del genoma humano, Craig Venter, anunció que han creado por primera vez una célula artificial, controlada por un genoma sintético. En un informe divulgado por la revista Science, los investigadores del Instituto Craig Venter, en su instituto de Rockville (Estados Unidos), señalan que esperan usar el método para estudiar la maquinaria biológica y crear bacterias diseñadas para resolver problemas ambientales y de energía.

El equipo científico, encabezado por el fundador del instituto, Craig Venter, ya había sintetizado un genoma bacteriano y lo había trasplantado de una bacteria a otra. Para su investigación los científicos sintetizaron el genoma de la bacteria M. Mycoides a la cual agregaron secuencias de ADN para distinguir ese genoma de uno natural.

Según el informe, los investigadores crearon lo que califican como una célula sintética aun cuando sólo el genoma es sintético. "Esta es la primera célula sintética que se ha hecho y la llamamos sintética porque está totalmente derivada de un cromosoma sintético", manifestó Venter.

El texto recoge que este hallazgo se logró con cuatro tipos de sustancias en un sintetizador químico a partir de información proporcionada por un ordenador. El científico manifestó que el procedimiento puede ser un instrumento importante para manejar procesos biológicos.

Para lograr la síntesis del cromosoma, el equipo de Venter copió pequeñas partes del original completo, en total 101 fragmentos de ADN sintético, de entre 5.000 y 7.000 pares de bases cada uno. Sin embargo, para ensamblar el centenar de piezas y lograr el genoma artificial completo ha sido necesario realizar varios pasos, dada la fragilidad de los bloques sintéticos de ADN.

Los investigadores introdujeron en la bacteria el centenar de piezas. La actividad biológica de esta bacteria les permitió reunirlas en 25 piezas, luego en 8, y en 4. Llegado este punto, los cuatro cuartos resultantes tuvieron que acabar de ensamblarse en otro contenedor biológico, en levadura. Tras ensamblar los cuatro cuartos, los investigadores lograron el genoma artificial completo.

Con este método los científicos proyectan diseñar algas que puedan atrapar el dióxido de carbono y producir otro tipo de hidrocarbonos de utilidad en refinerías, con el objetivo de proteger el medio ambiente. También podría usarse en la creación de nuevas sustancias o ingredientes alimentarios, la producción de vacunas y hasta en la limpieza del agua.

Venter ha firmado ya un acuerdo de inversión con la empresa petrolera British Petroleum, a través de otra nueva empresa, Synthetic Genomics Incorporated, para el desarrollo de moléculas artificiales que puedan utilizarse en la generación de biocombustibles o que puedan digerir dióxido de carbono.

"Esto se convierte en una herramienta muy poderosa para tratar de diseñar lo que queremos que haga la biología. Tenemos una amplia gama de aplicaciones posibles en mente", dijo Venter.