?Hasta no hace mucho tiempo resultaba relativamente fácil tropezarse con varios videoclubs a la vez en una calle o barrio. Se debía, en buena parte, a que este negocio era una apuesta segura, un modelo de dinero fácil, en boga y que además apuntaba al futuro. Sin embargo, los últimos cambios del mercado han cambiado radicalmente este panorama esperanzador.

Según el alicantino José Antonio Mula, presidente de la Asociación Nacional de Empresarios Mayoristas del Sector Videográfico, el negocio de los videoclubs en España ha descendido en los últimos cinco años hasta un 70%. Unos datos que también han hecho mella especialmente en la provincia, y han desembocado en el cierre de un plumazo de establecimientos con conocidas franquicias como el Cinebank o Blockbuster. En Alicante, tal y como confirmó el concejal de Comercio, Antonio Sobrino, en los últimos cinco años se han multiplicado el cierre de videoclubs en la ciudad, aunque los que ahora se mantienen "sobreviven y lo hacen sin problemas", matizó.

La mayoría de los videoclubs de la provincia consultados coinciden en que el mayor mal que sufren se centra en la descarga ilegal de películas por internet. "El problema del videoclub es que cuando llega la película como un estreno ya es antigua, porque del cine ha pasado a internet y de ahí se la bajan. Hay que evitar que la película tarde cuatro meses después del cine para que llegue al videoclub... ¡porque entonces todo el mundo ya la ha visto!", se queja José Antonio Mula, el alicantino que preside un colectivo que se siente de momento totalmente desprotegido. Debido a ello, todas sus confianzas las depositan ahora en la futura Ley de Economía Sostenible que prevé la persecución, sanción y eliminación de todas las webs ilegales que ofrecen las descargas gratuitas de películas desde la red de redes. "El PP tenía que haberlo hecho en su época y no lo hizo. Y el PSOE lo hace ahora, por las presiones sobre todo de los americanos. A raíz de esa ley, se movieron cuatro blogueros de nada", apunta Mula, quien además se cuestiona cómo España, el país que lleva la presidencia de la Unión Europea, se encuentra entre los países con mayor índice de piratería cultural en internet. ¿Pero el descenso del negocio de los videoclubs sólo se ha producido aquí? "En Estados Unidos la bajada es mínima. Porque allí, si te bajas una película ilegalmente, te meten en la cárcel. En Francia también lo han hecho muy bien y existe algo similar. Pero en España es patético y penoso que se permita este tipo de cosas, ya sea en la música o en el cine", contesta.

A un lado las preocupaciones que originan en el sector la piratería y la descarga ilegal de películas, internet también ofrece hoy por hoy otros servicios de alquiler de filmes que ponen todavía mayores obstáculos al sector tradicional del videoclub. Son ofertas como el streaming, y que se pueden contratar también a través de la web del diario INFORMACIÓN, de tal modo que por un módico precio (a tres euros los estrenos y a dos los semiestrenos) se puede visualizar la película desde el ordenador cómodamente desde casa, en directo, sin interrupciones y sin necesidad de descargase ningún programa. Es más, se puede adquirir el servicio a cualquier hora, olvidándose del horario esclavo del videoclub o de la devolución de la cinta. También existe un modelo similar con la consola XBOX 360 de Microsoft, donde se puede disfrutar de cualquier película por un precio asequible a través del televisor. Los tiempos cambian, y el videoclub se tiene ya en casa. "La competencia legal me parece fenomenal -contesta Mula-, pero competir a coste cero con la piratería es imposible". Por todo ello, el futuro del videoclub está pendiente ahora de la nueva tecnología 3-D, que próximamente puede revolucionar el mercado con las televisiones adaptadas a este sistema y aparatos como la Play3 que quieren empezar a probar con esta tecnología.

El caso es que la venta de películas no va nada mal, pese a las malas sensaciones de las productoras o empresas siempre críticas con la piratería, o hasta con la superpoderosa Hollywood, que hace unas semanas amenazó con detener y frenar para siempre la venta de sus películas en España. En este sentido, según la responsable de Comunicación de Fnac en Alicante, Cande Sánchez, las compras de cine siguen su ritmo, en parte "porque nuestros clientes son muy exquisitos, y no se conforman con un cine de descarga, por la mala imagen y el sonido". Es más, en Fnac Alicante hasta han ampliado el expositor de películas con Blu-ray.

El Cine X, en

peligro de extinción

No se asusten. El Cine X no va a desaparecer, aunque el espacio que éste tenía reservado en los videoclubs sí ya esté en peligro de extinción. Lo cierto es que cada vez resulta más difícil encontrar esas estanterías alejadas y apartadas del resto de películas del videoclub, que contenían las de contenido pornográfico. ¿Y por qué? La mayoría de videoclubs ha optado por otros modelos de diversificación en su negocio que, en el caso de los videoclubs, ha llevado a muchos de sus responsables a eliminar estos espacios. De esta forma, hay casos en los que estos estantes reservados al Cine X se han reemplazado para el alquiler de videojuegos. Un mercado que cuenta con una importante clientela, y que también está dirigido a más y variadas edades. "A mi videoclub vienen muchos niños para pillarse los últimos videojuegos. Y por espacio y por esta razón de que vienen muchos niños, decidí retirar las películas porno", apunta José Antonio Mula, propietario de un videoclub en Alicante. También es cierto que, como apunta la dependienta de Poliplex, ubicado junto al Teatro Principal de Alicante, los clientes habituales de Cine X en los videoclubs han descendido muchísimo en los últimos años. En buena parte, todo esto se debe a la gratuidad y facilidad con que se puede encontrar todo tipo de material pornográfico en internet. "La gente que quiere una película porno se va ya directamente a un sexshop. Aún así, hay quien entra con cara rara y, cuando lleva ya un buen rato buscando por todos lados en el videoclub, le decimos que lo sentimos pero que no tenemos Cine X", afirma Mari Paz, esbozando una sonrisa. En el caso del videoclub Poliplex, se desplazó el cine porno por una mera cuestión de espacio, ya que el negocio cuenta con una interesantísima versión de clásicos del séptimo arte y de cine independiente de todo el mundo. Así pues, se optó por una especialización en la que, de momento, no tiene cabida el Cine X.