La primera corrida de toros de la temporada, tiempo desapacible y friolero, ofreció la novedad de la renovación de la presidencia. Ya no a cargo de un probo funcionario policial, como viene siendo tradición, sino con la presencia de un ciudadano sin dependencias de mandos superiores salvo la ley, el reglamento, motivo, fin y fuero de la fiesta. Manuel García, con larga experiencia como asesor, ocupó ayer la más alta autoridad en plaza. Y a fe que no salió mal parado. Esperemos sea más "gobernante" que "gobernado". Ya se sabe cómo se la gasta el "sistema". Sobre todo cuando aparecen las figuras. Las de escayola y fama.

Interesante el encierro que envió Javier Molina, de trapíos discretos, parejos y de variado juego, con el factor común de la casta en diverso grado, lo que hizo que la terna no siempre se sintiera a gusto. Y es que, sabido es, el temperamento, por parco que sea, siempre precisa de pulso firme y dominador. Así y todo, la corrida resultó toreable en general, sobre todo primero y tercero, salvo la flojera de cuarto. Justo será reconocer también que a la mayoría no se les picó bien.

Matías Tejela obtuvo la primera oreja de la tarde y de la temporada tras faena con prometedor inicio, mandón, y un par de tandas diestras, en redondo, en que hubo ligazón, Una buena tanda con la zurda y variados adornos. Con el flojo cuarto, nada destacable.

Rubén Pinar no se adaptó a la distancia que le pedìa el encastado segundo, ni culminó los buenos inicios en el quinto, donde hubo mayor decisión y entrega.

Miguel Tendero dejó buena impresión en el toro de su debut, merecids oreja, al que le echó quietud y entrega. No así en el sexto por falta de dominio, a pesar de la decisión que mostró