El teatro siempre invita al espectador a escuchar y mirar, dos cosas que "Reencuentros" pone en práctica con la palabra escrita por Jerónimo Cornelles y con la puesta en escena que ha dirigido el propio autor, quien también interviene en el reparto de esta obra. Un espacio escénico donde la cámara de Javi Vega juega a ser un personaje más y en el que se proyectan primeros planos de los intérpretes o algún plano detalle según el lenguaje fotográfico, del cine o de la televisión, un formato "poco convencional" que cada vez se ha venido utilizando con mayor frecuencia. Prescindible en esta ocasión, aunque, eso sí, contribuyendo a que las sencillas situaciones nos resulten más atractivas a través de los diálogos en directo y de la pantalla, algo que desaparece en algunos instantes.

Después del éxito de "Construyendo a Verónica", el grupo valenciano Bramant Teatre ataca nuevamente con reencuentros y desencuentros en cuatro historias alimentadas por ex parejas con relaciones homosexuales, lésbicas y heterosexuales. Amores y desamores como protagonistas, realidades muy manoseadas en cualquier ámbito artístico. La vida y la muerte en unos cuadros -una cafetería, un autobús, un hospital y un videoclub- con diversos sujetos que tienen cierta relación entre sí y que se mueven por la comedia y lo dramático en lo que quiere ser una pieza urbana.

El texto de Jerónimo Cornelles muestra las debilidades, los problemas, las actitudes y los rumbos inesperados de los personajes. O el azar y el destino en unas escenas de peso ligero que entretienen a los espectadores, en buen número en el Teatre Arniches, una sala que hoy sostiene el tipo muy bien.

Rafa Arlarcón, Vicente Arlandis, Teresa Crespo, Carol Linuesa, María Minaya, Rafa Miragall, Victoria Salvador, Pep Sellés, Laura Useleti y Jerónimo Cornelles asumen una compacta labor de equipo sirviéndose de la simplicidad escenográfica y del ojo que les vigila al estilo de "Gran hermano".

Los actores se expresan sin palabras antes de cada pasaje o al final y crean formas que enriquecen la estética de "Reencuentros". Cornelles, en su tarea de dirección, imprime buena fluidez y sincroniza todos los ingredientes.